Los caminos del nuevo PSOE de Pedro Sánchez y de Podemos convergen en un punto: la salida de Mariano Rajoy de la Presidencia del Gobierno por los casos de corrupción que están salpicando al PP. Y lo hacen en un número, el 181, que son los escaños que suma toda la oposición con excepción de Ciudadanos. Sabedores de que la moción de censura presentada por Podemos no prosperará al no existir todavía una alternativa sólida de Gobierno, ambas formaciones sí creen que tal iniciativa puede servir para aislar a Rajoy en sede parlamentaria y demostrar su debilidad, por mucho que salve previamente el escollo de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
El secretario general electo de los socialistas y el líder morado, Pablo Iglesias, estuvieron hablando el lunes sobre el futuro político inmediato y dieron el visto bueno a que sus equipos abran canales de comunicación. Esos contactos informales entre diputados de ambas formaciones ya han comenzado, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes parlamentarias cercanas, y el clima es de entendimiento en una oposición dura contra Mariano Rajoy.
Tal es así que el PSOE, tal y como ha publicado este diario, sopesa abstenerse en la moción del censura presentada por Podemos, cuyo debate está fijado para el 13 de junio. Esta abstención, toda vez que los socialistas declinan presentar una moción alternativa como pide Podemos (retiraría entonces la suya), es vista con buenos ojos por el partido de Iglesias, aunque la dirección morada cree, según apuntan las fuentes consultadas, que todavía hay margen para que otros partidos de la oposición apoyen la moción o se abstengan, conformando así un "bloque de reprobación" al presidente del Gobierno. En este contexto, tales diputados de ambas formaciones se han emplazado a seguir hablado y a convencer también al PNV para que abrace la abstención, revelan las fuentes citadas.
Es cierto que el objeto de debate de la moción es el proyecto alternativo que debe presentar Iglesias como aspirante a La Moncloa, pero la formación morada y sus socios tratarán de reconducir el sentido del mismo desde la tribuna e incidir en que Rajoy y el PP "no pueden seguir ni un minuto más en el Gobierno" por la corrupción y su "su uso parasitario de las instituciones". Aquí, el PSOE es consciente de que formalmente quien se examina es Iglesias, al que rechaza como candidato, pero sí comparte, y lo ha dicho hasta su nuevo portavoz parlamentario interino, José Luis Ábalos, los motivos de esta iniciativa inusual. Por ello, la abstención es vista entre los sanchistas como un modo oportuno de pedir la dimisión de Rajoy. De este modo, los socialistas ya no podrán ser acusados, como ha venido deslizando Iglesias, de "sostener al partido de la corrupción en el Gobierno".
Pero este frente anti-Rajoy todavía puede ser más amplio. Y es que Podemos sólo cuenta con el apoyo asegurado de Compromís y con una disposición favorable de ERC y EH Bildu, que han condicionado su voto a que sus reivindicaciones soberanistas sean atendidas en el programa de gobierno que exponga Iglesias. Algo más difusa se encuentra la negociación con el PDCat, aunque también se mueve entre el respaldo o la abstención en función del compromiso con el proceso de autodeterminación en Cataluña.
El PSOE es consciente de que formalmente quien se examina es Iglesias, al que rechaza como candidato, pero comparte los motivos de la moción
En cambio, el PNV todavía se encuentra en una posición alejada. Los peneuvistas calificaron la moción de "torpeza absoluta" cuando fue anunciada hace un mes por Iglesias al entender que partía de una posición minoritaria. Pero con el giro del PSOE, que ya se plantea la abstención, tras la victoria de Sánchez, las tornas han cambiado. Podemos y PNV todavía tienen una conversación pendiente y los nacionalistas, socios del PSOE en el Gobierno vasco, no han cerrado la puerta a la abstención. No obstante, al ser aliados del Ejecutivo del Rajoy en la aprobación de los PGE de 2017, votación que tendrá lugar la próxima semana, deberán valorar cómo seguir tal relación. Pablo Iglesias ya se dirigió a ellos este viernes en una entrevista en la emisora Rac1: "Una cosa es llegar a un acuerdo con el PP (sobre el cupo vasco y los PGE) y otra diferente votar para sostener la corrupción", señaló el líder de Podemos al grupo parlamentario de Aitor Esteban (5 diputados).
Un "triunfo moral"
En caso de que la pinza PSOE-Podemos vaya hacia adelante y los nacionalistas vascos, catalanes y canarios opten por abstención, la moción de censura no saldría adelante (requiere 176 votos a favor), pero sí arrojaría un "triunfo moral", afirman las fuentes citadas, para la oposición. Sólo PP y Ciudadanos aseguran su voto en contra (169 escaños, que fueron los mismos que sumó, por ejemplo, la presidenta del Congreso, Ana Pastor). De modo que, en este escenario, serían mayoría los diputados que dejarían en la estacada al presidente del Gobierno en esta moción de censura contra él. Es la "Operación 181" y ya está en marcha. Lo de negociar una segunda moción de censura queda aparcado para la vuelta del verano.