Como en la celebrada serie de David Lynch sobre el asesinato de Laura Palmer, hemos asistido a un culebrón de nueve meses en el que la respuesta tras cada capítulo era indefectiblemente: Susana Díaz     

Nuestro problema no es que tengamos personas corruptas en cargos públicos, es que estamos inmersos en un sistema corrupto y no se ve que ningún partido político esté dispuesto a llevar en su programa electoral acabar con todas esas lacras.