Este viernes llega a los cines Avatar: el sentido del agua, la secuela de Avatar, la película más taquillera de la historia, dispuesta a reventar las cifras con su estreno en un total de 1.983 pantallas de 416 cines de todo el país. Frente a este estreno, el más esperado del año, destaca la llegada a los cines de Aftersun, una de las mejores películas de este 2022, que en un combate que emula al enfrentamiento entre David y Goliat, se atreve con el gigante provista de las mejores armas: la delicadeza, la profundidad y el buen cine.
Su directora, la escocesa Charlotte Wells, ha sido la gran sorpresa cinematográfica de este año, con una carta de amor agridulce a un padre, llena de nostalgia y melancolía, pero también de luminosidad. En su debut en el largometraje -tras varios cortometrajes- ha contado con la producción de Barry Jenkins, el director de la oscarizada Moonlight, un padrino a la altura de su ópera prima, sin duda una de las mejores de este año que está a punto de terminar.
Paul Mescal (protagonista de la serie Normal People) interpreta a un padre treintañero que pasa unas idílicas vacaciones con su hija de 11 años, Sophie (Francesca Corio). Desde la edad adulta, aquella niña ya mujer, interpretada por Celia Rowlson-Hall, navega en los recuerdos de aquel verano, en los baños, las playas, las piscinas de hotel y en los tiempos muertos en las habitaciones, para captar a través de su memoria y del registro de las cintas de vídeo, la esencia de un padre y conocer al mismo tiempo al hombre que tanto amor le dedicó.
Esta película huele a crema solar, a salitre y a cloro, es cálida como la toalla en la que uno se tumba al salir de la piscina y refrescante como una Fanta con pajita, pero también es amarga en sus elipsis y dura en la nostalgia y la melancolía que destila y que compite con la alegría compartida que se esboza en los momentos que comparten este padre y esta hija. Ella, que vive en plena pubertad, aún no ha abandonado del todo la inocencia, así que entiende la vida con la emoción y la energía de quienes tienen todo por descubrir.
Aftersun, el milagro de 2022
Charlotte Wells, el milagro cinematográfico de este 2022, ha manifestado en varias ocasiones que Aftersun no es una película autobiográfica en sí, aunque puede serlo de manera espiritual. Sin embargo, tal y como ha reconocido en una entrevista a Vozpópuli con motivo del estreno de este filme, la relación entre los protagonistas está "basada" en la que ella tuvo con su padre. "Es el sentimiento en torno al cual se construye esta película y lo que representa la rave es también mi experiencia", ha señalado.
La versión del padre más comunmente retratada en el cine era aquel que estaba o bien enamorado o era un incompetente, o ambas cosas. Me interesaba escribir sobre un progenitor que era mejor persona como padre", señala la directora
Al margen de su propia experiencia, Wells quiso representar en la pantalla una perspectiva de la paternidad diferente a lo que había visto hasta ese momento. "La versión del padre más comunmente retratada en el cine era aquel que estaba o bien enamorado o era un incompetente, o ambas cosas. Me interesaba escribir sobre un progenitor que era mejor persona como padre, con un claro sentido de sus objetivos y de la alegría, que encuentra fortaleza y confianza, más que uno que se muestra como un completo desastre", señala.
Precisamente, uno de los objetivos de la directora de Aftersun era transmitir "ese amor y esa calidez" entre padre e hija "desde el primer plano", una intimidad que se da "cuando el brazo del progenitor rodea a su hija", y que fue para Wells fácil de escribir en el guion aunque "muy difícil de captar durante el rodaje".
Para esta historia de padres e hijos, la directora escocesa se inspiró en un principio en películas como Luna de papel (1973), de Peter Bogdanovich, Alicia en las ciudades (1974), de Wim Wenders o Tomboy (2011), de Celine Sciamma, aunque la directora también cita el nombre de otros realizadores como influencias claras en su manera de entender el cine, como son Chantar Akerman, Terence Davies, Joanna Hogg o Lynne Ramsay, de quienes admira su capacidad para abordar el paso del tiempo y la memoria.
En su relato, Wells presenta la paternidad como un salvavidas en la vida, pero esta relación también aleja a su hija de sí mismo. "Creo que hay un sentido muy fuerte de protección, quizás demasiado, en sus esfuerzos por protegerla de algunas de sus propias experiencias, y quizás le niega cierto acceso a él mismo. Es muy delicado transitar esta línea y no hay una respuesta perfecta: quieres dar a tu hijo el panorama más positivo del mundo y no las nubes y las experiencias difíciles que has tenido", opina.
A su juicio, otro de los aspectos interesantes sobre los personajes y las expectativas de unos y de otros es "la manera en la que el padre la ve intelectualmente más madura de lo que es, pero ella es aún una niña, y no es capaz de tener estas conversaciones sobre el futuro, sobre lo que él está tan centrado". "Los niños no tienen conversaciones sobre el futuro", apunta la directora de Aftersun.