Tras el premio a Bob Dylan en detrimento de Philipp Roth sólo podía ocurrir una debacle. Ésta, pues. En mayo de 2018, la Academia Sueca anunció que no se concedería el Nobel de Literatura. Eso sólo había ocurrido una sola vez, tras la Segunda Guerra Mundial. Los motivos de fuerza que sustentan la medida apuntan a la pérdida de "confianza" debido a la crisis q tras las denuncias por acoso sexual del marido de una de las integrantes de la entidad. Sin embargo ya hay quienes han diseñado una solución... moral.
Mas de 100 escritores, actores, periodistas y otras figuras culturales suecas han formado la New Academy, que entregará su propio premio este otoño, siguiendo la misma línea de tiempo que el Nobel. "Hemos fundado la Nueva Academia para recordarles a las personas que la literatura y la cultura en general deberían promover la democracia, la transparencia, la empatía y el respeto, sin privilegios, prejuicios de arrogancia o sexismo", aseguran en un comunicado difundido por The Guardian y que puede consultarse en esta web.
La Academia Alternativa ha invitado a todos los bibliotecarios del país a nominar a sus autores favoritos, que pueden venir de cualquier parte del mundo y deben de haber escrito al menos dos libro en los últimos 10 años. Buscan un escritor que haya contado la historia de "seres humanos en el mundo",palabras inspiradas en el testamento de Alfred Nobel.
"En un momento en que los valores humanos son cada vez más cuestionados, la literatura se convierte en una fuerza revolucionaria aún más importante para detener la cultura de silencio y opresión. La Nueva Academia cree que es tan importante que otorgará el mayor premio mundial de literatura en 2018", continúa el comunicado.
La reputación del premio, concedido a escritores como Samuel Beckett o Rabindranath Tagore, tiene ya una historia de sospechas. Fue cuestionado en 2016 cuando eligió al músico Bob Dylan como su premio Nobel "por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la tradición de la gran canción estadounidense" y persisten aún algunas dudas sobre quién y por qué se eligen unos y no otros.
Lo que precipitó el acabo de la Academia fue la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones sexuales en noviembre contra el artista Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson. La academia cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución.
La avalancha de señalamientos e implicaciones comprometió a muchos otros miembros, entre otros, la secretaria, Sara Danius, y Katarina Frostenson. Ambas abandonaron sus cargos. Pero estas no fueron las únicas renuncias, la escritora Sara Stridsberg y Peter Englund también abandonaron sus sillones. La Academia, pues, se caía a trozos hasta que vio caer la piedra mayor sobre el veredicto de este año.