Cultura

Cine en blanco y Negrete: 'Taxi driver', solo los locos dicen "basta"

La película 'Taxi driver' es una fábula hostil sobre cómo el día a día puede convertirse en una jaula para el hombre occidental. Un clásico de los 70 sobre un hombre que se erige en azote de la chusma, en el salvador que el mundo necesita

“¿Hablas conmigo? ¿Me lo dices a mí? ¿Me estás hablando a mí? No hay nadie más aquí, así que supongo que estás hablando conmigo. ¿Con quién hablas si no?”. Quien pronuncia estas palabras no es otro que Travis Bickle, el protagonista de Taxi Driver. Un clásico de los 70 sobre un hombre que se erige en azote de la chusma, en el salvador que el mundo necesita.

Travis Bickle es un ‘guardián entre el centeno’ neoyorquino, un ser solitario que vaga con monotonía por las calles a bordo de su taxi. Un hombre cegado por el mal que lo rodea, por las luces de los anuncios y por una existencia sin sentido.

Lo buscará primero en el amor, en la bellísima Cybill Shepard. Si me preguntan qué es el amor, diré que son los acordes de Bernard Hermann cuando aparece “ella” en pantalla. Cuando el amor fracasa, Travis decidirá inmolarse por un bien más trascendental, la lucha contra el mal. El personaje de Robert de Niro es un Batman moderno, un justiciero que aplica su única norma: no habrá paz para los malvados.

Taxi driver es una fábula hostil sobre cómo el día a día puede convertirse en una jaula para el hombre occidental. Cómo los automatismos y la falta de valores van degradando una sociedad hasta que se vuelve un estercolero. Quizá solo los locos se atrevan a hacerse una cresta, salir a la calle y decir basta. Pero bendita locura.

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