Cuando iba al teatro, el inventor Thomas Edison hablaba con su novia en código morse, presionando con los dedos la piel de sus muslos desnudos. James Joyce perdía la cabeza por el aroma de la ropa interior de la prostitutas. Patti Smith se masturbaba mientras escribía. Franz Kafka, también; pero encerrado en el cuarto de baño.
Estas son algunas de las ensoñaciones que ha reunido la escritora mallorquina Roser Amills en un libro titulado Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia, un volumen que agrupa con mucho sentido del humor -y mucha documentación- cientos de fantasías de personajes célebres: escritores, políticos, artistas, actores y actrices, algunos ya muertos, pero también vivos.
Albert Einstein, Marilyn Monroe, Warren Beatty, Fernando Sánchez Dragó, Jorge Luis Borges, Rosa Regás, Madonna o Courtney Love cruzan su sueños y deseos más húmedos con los de Juan Ramón Jiménez, Fidel Castro, Hitchcok, Hitler, Ava Gardner, Cleopatra, María Félix, Frida Kalo o Amy Winehouse.
Este libro empezó a tomar cuerpo (nunca mejor dicho) cuando la poeta y narradora Roser Amills (Algaida, 1974) trabajaba y recaba información para un poemario sobre erotismo."Comencé a buscar en archivos, libros, vídeos, películas y biografías y vi que el tema era fascinante y daba para mucho porque cada historia era más divertida", ha explicado a la prensa la autora de este curioso libro que ha escrito bajo la premisa de Luis Buñuel, quien solía decir: "La imaginación no delinque".
En la obra también aparecen a modo de introducción los puntos de vista sobre el erotismo y la fantasía sexual de personas como Eudald Carbonell, experto en evolución humana, y Antoni Bolinches, experto en psicología y sexualidad. En el libro, las fantasías fruto de la imaginación de personajes célebres aparecen clasificadas meticulosamente bajo títulos como Acustofília, sueños del sexo o decirse cosas sucias, Celibato, calabazas y anorexia sexual, Hetairas, cortesanas, favoritas, prostitución y morales distraídas o Necrofilia, asesinatos, suicidios, erótica del peligro y coqueteos.
En el apartado de fantasías "caníbales" destacan la de Salvador Dalí a quien le fascinaba la cocina y la que consideraba un orgasmo más. "El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura", dejó escrito, no en vano soñaba con empequeñecer a Gala como una oliva para tragársela. A la espía por excelencia, Mata Hari, su marido le arrancó un pezón de un mordisco, no se sabe si en un ataque de ira, pasión o muerto de celos. Y en la especialidad de fetichismos varios se llevan la palma Boris Vian, que escribía su nombre con esperma, o el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer, que soñaba con hacerlo con la virgen desnuda en el cementerio.
También Cleopatra, de cuyo voraz apetito da cuenta la leyenda, se dice que fue capaz de practicar felaciones a miles de hombres incluyendo a cien romanos en una sola noche. Entre otras especialidades o manías se descubren la del rey del rock Elvis Presley, aficionado a contemplar a las parejas copulando, o la de Fidel Castro quien siente debilidad por las prostitutas, además del delirio que sienten Dalí o Mata Hari por los uniformes. Maupassant también lo tenía claro: "Para que se me levante, me basta con pensarlo". Orgías y mucho sexo bisexual se dan cita en María Félix, Tamara Lempicka, Leonardo Da Vinci, Bowie, Greta Garbo o Gabriela Mistral, entre otros muchísimos personajes.