Cultura

Fernando Villalonga deja el Ayuntamiento de Madrid y se marcha al Ministerio de Asuntos Exteriores

El hombre fuerte de cultura de Ana Botella, muy cercano al círculo de José María Aznar, secretario de Estado de Cooperación  para Iberoamérica durante el gobierno del popular  y primo de Juan Villalonga, abandona su puesto frente a Madrid Destino y se marcha al Ministerio de Asuntos Exteriores.

La noticia saltó esta misma mañana en las agencias: Fernando Villalonga, la ficha cultural de Ana Botella, deja al Ayuntamiento y se marcha a un puesto en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Polémico -hace poco tuvo un incidente con la pianista y mecenas Paloma O'Shea-, y probablemente uno de los funcionarios con más poder cultural, Villalonga fue primero Delegado de las Artes del Ayuntamiento y ahora presidente de Madrid Destino, la empresa municipal que agrupa las actividades culturales del consistorio y que Villalonga capitanea tras verse obligado a dejar su cargo como concejal de las artes tras la sentencia del Tribunal Constitucional según la cual los concejales delegados no electos no podían formar parte del Gobierno municipal.

La noticia de su marcha sorprende a muchos. Según fuentes del Ayuntamiento, la ambición de Villalonga era llevar las riendas de Madrid 2020, pero  el fracaso de la apuesta olímpica desinfló sus intenciones políticas

Villalonga (Valencia, 1960), que había sido consejero de Educación de la Generalitat valenciana (1995) y diputado (2000), fue también Secretario de Estado de Cooperación  para Iberoamérica durante el gobierno de José María Aznar, director de la Fundación Telefónica -es primo de juan Villalonga, ex de la compañía-y  trabajó además como cónsul en Nueva York. Su perfil era justo el necesario -decían algunos- para los objetivos de Botella al frente de la Alcaldía: internacionalizar Madrid de cara a las Olimpíadas. Para ello necesitaba a alguien con contactos internacionales. Villalonga los tenía.

Desde su designación como Delegado de las Artes en diciembre de 2011 -en sustitución de Alicia Moreno, ficha de Gallardón-, el hombre llamado a hacer culta y vistosa la legislatura de Botella, ha dicho intentar poner en marcha una gestión voluntariosa y austera que, según sus detractores,  dista mucho de tal condición. En 2012, Villalonga redujo a tres las subvenciones nominativas que otorga el Ayuntamiento a instituciones dedicadas a las artes  -antes se beneficiaban 20 - y ha prometido cambiar el modelo cultural.

Como parte de la remodelación del gobierno que acometió Botella -y que recolocó a Villalonga-, se encuentra la fusión de la sociedad mercantil, Madrid Arte y Cultura (MACSA) con Madrid Visitors & Convention Bureau (Madrid V&CB) , el ente que desde el 1 de enero de 2012 se encargó de la promoción de la ciudad de Madrid en todo el mundo tanto en lo que se refiere a turismo de ocio y de negocio. Es decir, Villalonga pasó a controlar un mismo organismo que controlaba desde la reposición de una bombilla fundida en el Teatro Español hasta la organización de un evento de promoción de la ciudad.

Villalonga pasa a gestionar no sólo los 91.637.015 millones del Gobierno de las Artes del Ayuntamiento sino también los 21.334.820 millones para Coordinación del Fomento al Deporte, además de la todo lo relativo a la Fundación y Asociación Madrid 2020, que, según lo anunciado en su momento  por la Alcaldesa,  pasaba a ser parte de sus atribuciones  una Concejalía Delegada de Deportes. Se convirtió entonces en el Hombre Madrid 2020.

Según se ha hecho eco la prensa este mismo viernes, el próximo 15 de noviembre, Villalonga abandonará su cargo para marcharse al Ministerio de Relaciones Exteriores. El Ayuntamiento no ha anunciado todavía a su sustituto. Algunos hablan de Pedro Corral -nuevo concejal de Cultura en sustitución de Vilallonga-,como nombre para ocupar este cargo. Quedan en el aire el futuro de Timoty Chapman, consejero delegado de Madrid Destino y principal mano derecha del Valenciano, y el mismo Natalio Grueso, encargado de artes escénicas y ex director del Niemeyer (Avilés), fichado por Botella -dicen muchos- como manera de sacar los colores a Francisco Álvarez-Cascos, entonces al frente del Principado de Asturias.

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