Gran parte del progresismo español está incómodo con las hondas raíces católicas de su país, así que a nadie la extraña que sean reacios a las referencias religiosas en las decoraciones de Navidad. Se trata de un completo delirio cultural, ya que lo que se celebra es la llegada al mundo de Jesucristo, el acontecimiento que marca la cultura cristiana y el comienzo del calendario occidental. Barcelona ha confirmado este año ser una de las ciudades más acomplejadas por su herencia cristiana, así que despliega mariposas, estrellas y unos extraños emojis en sus calles, adornos concebidos sobre todo como reclamo comercial.
También se ha ocultado el Belén, que por primera vez se coloca en el interior del ayuntamiento en vez de en la Plaza de Sant Jaume. El motivo que aducen es "evitar polémicas", pero en realidad las han provocado porque ya ha protestado -entre otros- el grupo Corrent Social Cristiana y el partido político Vox. Ambos lamentan que se avergüencen de la escena del nacimiento en unas fiestas de Navidad, despojando de sentido espiritual a estos días. El alcalde socialista Jaume Collboni opta por el vaciado simbólico de una de las tradiciones más arraigadas en nuestro país.
Corrent Social Cristiana ha denunciado que “El Ayuntamiento sustituye el Belén por una estrella cósmica con ínfulas elitistas de la globalización cosmopolita de la progresía. Así, la Navidad pasa a ser una excusa para celebrar cualquier cosa”, lamentan. Además han organizado una protesta popular, junto a otros colectivos, bajo el título “Ven y trae tu Belén”. Se celebra el próximo sábado 15 de diciembre, a las cinco de la tarde. Se trata de llenar la plaza de nacimientos y dibujos navideños. El acto finalizará con los participantes cantando villancicos.
Feliz 'Navislam'
Lo más sorprendente llega con las luces del Raval, barrio con alta densidad de musulmanes donde se han colocado luces festivas simbólicamente neutras y otras que representan mujeres con pañuelos en la cabeza y hombres con turbante. El proyecto costó 65.000 euros y fue diseñado por el artista Imanol Ossa, en colaboración con los comerciantes de la zona. Se busca reflejar la diversidad cultural del barrio, donde más de la mitad de los residentes son de origen extranjero, muchos de ellos de raíces islámicas.
El alcade parece empeñado en liquidar cualquier referencia religiosa de la Navidad
Gonzalo de Oro, representante de Vox en el ayuntamiento, protestó también por la ceremonia de encendido de luces: "Collboni se empeña en acabar con la Navidad en Barcelona. En el encendido de las luces navideñas nos ha traído un espectáculo tenebroso que parece más un remake de ‘Thriller’ de Michael Jackson que el inicio de la Navidad. Carbón para el alcalde por cutre", escribía en redes.
Corrent Social Cristiana recuerda además que esto no es un hecho aislado, sino un patrón de conducta de Collboni. En la fiesta mayor de la ciudad se han producido hechos “preocupantes, como la censura del anuncio de la Misa de la Mercè en el programa de la Fiesta Mayor", incluso “violando los protocolos municipales existentes”, subrayan.
En 2023, la Generalitat –bajo el liderazgo de ERC– evitó usar referencias religiosas en sus felicitaciones y optó por el término “solsticio de invierno” en lugar de “Navidad”. El Ayuntamiento de Barcelona tampoco usará este la expresión “Feliz Navidad” en su campaña de comunicación, sino el socorrido “Bones festes” en catalán (“Felices fiestas”). Así lo anunció el pasado miércoles en rueda de prensa Jaume Collboni, comparando a la ciudad con “una gran mesa en la que cabe todo el mundo”. Todos menos Jesucristo, podríamos responderle.