Gaultier lleva más de 40 años siendo un dios de la moda. Por eso se habilitó el mayor auditorio de CaixaForum Madrid para acoger su rueda de prensa, a la que acudió Vozpopuli. La respuesta más llamativa fue una que empezó con algo parecido a una disculpa: “Ya sé que ahora en España no será muy popular, pero a mí me marcaron las operetas de Luis Mariano”, explicó ante los periodistas. También reivindicó la potencia artística de Carmen Sevilla y Sara Montiel.
Incluso rememoró haber asistido a un acto de homenaje a Luis Mariano por el cincuenta aniversario de su muerte y emocionarse cuando una de las señoras presentes se arrancó con una canción del artista. La pasión de Gaultier por la canción folclórica española se confirma con una sección específica dedicada a nuestro país con más de veinte piezas, presidida por el vestido de Penélope Cruz en el taquillazo coplero La niña de sus ojos (Fernando Trueba, 1988). Gaultier tuvo palabras de admiración para varios diseñadores españoles, especialmente para Paco Rabanne.
El motivo de la presencia de Gaultier en Madrid fue su exposición de cine y moda, en colaboración con La Caixa y la Cinemateca Francesa. La muestra reúne obras reúne obras de iconos de la talla de Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Pierre Cardin y Sybilla, así como más de ochenta looks icónicos del cine con vestidos de Audrey Hepburn (Desayuno con diamantes), Sharon Stone (Instinto Básico), Bette Davies (Eva al desnudo), Catherine Deneuve (La sirena del Misisipi) y Madonna (el corsé que llevó en el Blonde Ambition Tour, diseñado por él mismo). El recorrido abarca desde la copla a Supermán, pasando por el Swingin’ London de The Blow-Up y los Rolling Stones hasta el estilo futurista de Tina Turner en Mad Max: más allá de la Cúpula del Trueno.
Gaultier y las mujeres
El diseñador pasó parte de su infancia en el país vasco-francés, donde quedó fascinado por las películas musicales españolas . Su relación con nuestro país se reforzó por la conexión que sintió al descubrir el cine de Pedro Almodóvar, con quien ha llegado a colaborar. De él admira que “no se centra en las mujeres-objeto, sino que apuesta por las personalidades fuertes, por ejemplo Rossy de Palma y Marisa Paredes”, recordó.
Sus reflexiones llegaron también a las relaciones entre moda y feminismo, por ejemplo Coco Chanel optando por vestidos lejos de las plumas y las lentejuelas (que en muchos recordaban a los uniformes del orfanato donde creció). La apuesta de Gaultier por las mujeres empoderadas y por la diversidad sexual le convirtió en firma icónica. También recordó que incluye bolsillos en las prendas femeninas “porque hace falta un lugar donde guardar la cartera, ahora que pueden permitirse de invitar, sin necesidad de un hombre que les pague todo”, dijo medio en broma.
l verdadero motivo creativo de la expo, dividida en cinco zonas, es una exploración de los arquetipos masculinos y femeninos en el explosivo y mutante siglo XX. Esto abre un debate interesante sobre si son los creadores posmodernos quienes realmenten están actualizando y reforzando las nociones clásicas de hombre y mujer. Gaultier recurre a recursos punk, rock y queer, pero sus creaciones y su expo son un homenaje a los hombres “de verdad” y las mujeres de “siempre”. ¿Puede ser que los creadores ‘posmo’ sean el mejor aliado de las tesis ‘neorrancias’? En realidad, el debate es muy artificial y seguramente desde los años ochenta no haya estética posible que pueda escapar a los dictados del mercado.
La exposición incluye el short que llevó Sylvester Stallone en Rocky y el vestuario de Victoria Abril en Kika (1993). También prendas clave de otras películas como La mala educación (2004) y El quinto elemento (1997), ambas diseñadas por Gaultier. Además se exponen diseños de alta costura de Yves Saint Laurent, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, Manuel Pertegaz, Balenciaga y Sybilla, entre otros.