Cultura

Inger Enkvist: “La historia del siglo XX en España ha sido secuestrada por la izquierda”

La hispanista publica 'El naufragio de la República' donde sostiene que esta intentona democrática tuvo de todo menos demócratas

  • La hispanista Inger Enkvist.

Los hispanistas son una tribu indiscreta, apasionada por España, y que suelen aportar buenos puntos al ser ajenos al cainismo habitual del país. En ese sentido, Inger Enkvist (Värmland, 1947) ha realizado un pulcro análisis del periodo más batallado entre ellos, El naufragio de la Segunda República (La Esfera de los Libros, 2024), donde expone una realidad evidente: esta intentona democrática tuvo de todo menos demócratas.

Pregunta: ¿De dónde viene tu interés por la II República? ¿Por Unamuno, Ortega y las generaciones intelectuales de inicios del siglo XX?

Respuesta: Por algo más sencillo: he trabajado en la universidad de Lund durante muchos años como catedrática de español, pero me pidieron en la sección de estudios europeos que diera un curso sobre España en diez horas para gente o estudiantes no especializados. Entonces me fijé en tres periodos: la época musulmana, la conquista de América y los años 30. Así que he seguido los años 30 durante muchos años y me ha llamado mucho la atención que no es lo que se dice, lo que yo he encontrado estudiando la época se corresponde muy poco con lo que dicen los manuales. Entonces, he profundizado y me ha interesado bastante porque es a la vez historia y ciencias políticas; algo que supongo un espejo de nuestro tiempo.

P: Tu visión del periodo es claramente revisionista, ¿Fueron clave los libros de Stanley G. Payne, Roberto Villa García y Manuel Álvarez Tardío?

R: Si, así ha sido. Y me sorprende que, por ejemplo, los libros de Payne o Villa García y Álvarez Tardío no hayan modificado apenas la versión oficial. Hay información suficiente nueva para hacerlo.

P: Vamos al periodo en sí, ¿No crees que, al igual que en la Primera República, hay tres ideas de país que se oponen entre sí en la segunda? La España republicana laica de Azaña, el estado socialista mono partido de Largo Caballero y un estado corporativista criptofascista de José Antonio

R: No lo veo tan claro y además Azaña dice una cosa y en la práctica hace otra, colabora con los socialistas y apenas hay diferencia entre lo que él llama republicano y socialista. No veo, tampoco, que en el otro lado haya algo tan organizado como lo que después propone José Antonio.

P: Sorprende que siga viva la propaganda socialista de la CEDA como fascista. Gil Robles fue un disidente de la dictadura de Franco en los 60…

R: Es una ficción, es una maldad si se quiere, es un hecho propagandístico y yo lo veo particularmente conectado con la reunión que hizo Stalin en Moscú en el 35 diciendo que los comunistas ya no iban a presentarse como comunistas, sino como antifascistas. Entonces, todos los que no eran comunistas quedaban como fascistas. Hace poco encontré en un libro de investigación que esto quedó entendido en toda Europa y los partidos comunistas franceses e ingleses hicieron lo mismo. De hecho, los falangistas son irreligiosos y la CEDA era un partido católico: no se quiere ver la realidad.

P: ¿No es un misterio histórico que Largo Caballero salvara su vida en 1917 y en 1934? Hitler fue detenido y su partido disuelto por el golpe de la cervecería en 1923. Los nazis tardaron años en ser legales…

R: Es muy curioso eso de “100 años de honradez” (risas). Colaboran con Primo y luego se dicen republicanos. Son socialistas, pero luego se dicen revolucionarios: cambian constantemente. Son todo y nada.

P: De hecho, el mito del PSOE como partido de intelectuales en la república no se sostiene. Los jabalíes, aquellos diputados nombrados por Ortega y Gasset por bufar y hacer ruido en el congreso, eran socialistas

R: Sí, han sido muy astutos al llamarse republicanos y luego socialistas, cuando más bien son populistas, pero piensan que es más útil para ellos presentarse para el público como antifascistas.

P: ¿No es un tanto ficticio el dominio electoral del PSOE en la II República? Es decir, es el partido más fuerte porque Primo de Rivera disolvió los otros

R: Es muy irónico, porque claro Primo de Rivera no quiere apoyar el socialismo, pero es lo que acaba haciendo para contrarrestar a los anarquistas. En realidad, abre el camino al poder y a la hegemonía del socialismo más tarde. Hay que decir también que Largo Caballero, al leer los documentos, se mueve mucho y está en todos los lados. Eso sí, mantiene más o menos una línea de pensamiento.

P: ¿Conoces que fue el PSOE el que forzó un régimen unicameral? Es difícil que una sola cámara no acabe en un proceso revolucionario, se ve en la revolución francesa

R: Esto pasa en todas partes y además dos cámaras sirven para que el cambio no sea tan brusco. Es normal que el PSOE defienda, entonces, una sola cámara.

P: ¿No es Indalecio Prieto el arquetipo de Fouché de la II República? Tramposo sin final, clama a favor de la legalidad mientras compra armas en el 34. ¿Tenía carisma personal?

R: Sí, eso es una realidad, lo dicen todos, y es que seduce entre comillas tanto a los burgueses como a otros de izquierda, así que seguramente fue carismático e inteligente.

P: Recuerda, también, a Romero Robledo; el político maniobrero de la restauración. Más que ideología, buscan los dos prosperar socialmente

R: Lo que dicen todas las fuentes es que fue muy cobarde físicamente y que se escapaba a Francia cuando las cosas se ponían difíciles.

P: Delgado Barreto, el humorista conservador, siempre lo dibujó en Gracia y Justicia con bolsas de oro arrebatadas a los contribuyentes….

R: Es un misterio aquí cómo lo presentan, primero, en los libros de texto y también leí hace poco una biografía sobre él donde lo llaman liberal. No se corresponde con lo que hizo, es obvio que han exagerado porque nos gusta hoy ese apelativo.

Pregunta: Pasando a los políticos más moderados, ¿Era necesario el anticlericalismo de Azaña? Sorprende la torpeza de no impedir la quema de conventos del año 31 que hasta el propio Luis Buñuel confesó a Max Aub que puso a la iglesia en contra

Respuesta: No, no, y como esto sucedió a un mes de establecerse la república, enseguida se creó un enemigo muy peligroso para el régimen. Yo creo que se puede hablar de una idea personal de Azaña: es un odio, un encono, exagerado contra la iglesia.

P: José María Marco, en su reciente biografía del alcalaíno, lo enlaza con traumas personales

R: Azaña es un personaje que es muy particular y no entiendo tampoco la buena fama que tiene todavía ya que no se la merece. Acabo de leer un libro reciente sobre las entrevistas de Azaña y jamás contesta una pregunta, las esquiva.

P: Hay un hecho objetivo y es que su gestión del golpe del 36 es mala. El golpe de Villacampa, en tiempos de Sagasta, fue abortado eficazmente en comparación. Azaña no es capaz de prever el golpe del 36.

R: Y esto desde el comienzo. Es el motor de la constitución de 1931, la cual es anticlerical y va tirando a propósito de Cataluña. Él impone con su prestigio la constitución y a la vez saca esa ley de defensa de la república.

P: Las leyes habilitantes como esta, siguiendo la idea del corporativismo, preparan el camino a la dictadura gracias a este concepto de la función crea el órgano. Se cerraron más periódicos en la república que en la parte alta de la restauración

R: Sí, se habla muy poco de la censura en la II República. Mientras que en el franquismo este tema está de moda (risas)

P: ¿Qué pretendía Alcalá-Zamora con sus juegos de poder como presidente? ¿Integrar a la izquierda? ¿Marginar a la derecha? Actúa igual que Alfonso XIII en su reinado, lo que llevaría al igual que él al exilio

R: El único hilo conductor que veo claramente es su vanidad y sus intentos de mantenerse él mismo en el poder, que es la idea más importante. Y lo que siempre busca es centrar la república.

P: ¿Cómo se ha conseguido blanquear tanto desde la izquierda los sucesos de 1934? La crónica de Josep Pla posterior es devastadora: los mineros reventaron en Asturias varios edificios históricos

R: Bueno, esto es demoledor para la izquierda, y además es toda ella porque colaboran comunistas y anarquistas. Lo que no me acabo de creer leyéndolo es que participaran ministros de la república en un ataque militar solo un año después de perder las elecciones. Esto es algo inédito, ¿no?

P: Azaña quiso anular las elecciones que ganó la CEDA…

R: Y, claro, esto que es inédito no se puede realmente explicar de ningún modo que no sea un intento de derribar el gobierno y tomar el poder por la fuerza.

P: El incendio del Reichstag, del cual se acusó al comunismo por los nazis, acabó en su ilegalización siendo dudosa su autoría. Aquí un golpe real, de nuevo, no tuvo una persecución legal al PSOE como partido

R: Leyendo sobre los años de la II República muchas veces me ha llegado malamente la fórmula “me duele España” y no debería ser así.

Son muy complicadas esas leyes de memoria histórica: o se quita la ley o se homenajea a todos
Pregunta: Me gusta en tu libro la mención a Franco como un pie de página ya que es una realidad en la época. De hecho, el golpe de estado lo hace una cúpula militar, no solo Franco

Respuesta: No, pero es que aparece como un técnico militar y que cumple las órdenes del gobierno, y eso es después lo llamativo durante la primavera del 36. El nuevo gobierno, el frente popular, acusa a los sirvientes del estado por hacer lo que se les pidió en el año 34. He querido no hablar más de Franco ya que tenía poco papel. Es como ahora mirando los manuales de cuarto de la ESO donde se le da una gran importancia a las mujeres en la II República. Esto se exagera ya que en el tiempo apenas se las mencionaba.

P: En la conspiración militar, de hecho, Franco es uno más y no el director de operaciones

R: Dice que no al golpe toda la primavera del 36, es muy prudente, y casi no quiere hablar de este.

P: ¿No es aventurado el libro de Roberto Villa García y Manuel Álvarez Tardío sobre las elecciones del 36? Quiero decir, el frente popular ganó por los pelos por muy pocos votos

R: Sí, sí. Bueno, ganó por poco y, sobre todo, es muy enrevesado el tema porque nunca se sabe quién triunfó en realidad. Y lo dicen muy bien los investigadores, porque la segunda vuelta no se hace en las condiciones que pide la ley. Se da por hecha la victoria del frente popular, pero no se sabía el resultado de ese recuento en el momento de acceder el nuevo gobierno.

P: Existe un pánico gubernamental…

R: Es un pánico absoluto. Es una irresponsabilidad total por parte de Alcalá-Zamora y por el gobierno de entonces. El traidor al país, entonces, en primer lugar, sería Alcalá-Zamora…

P: Es el responsable de la convocatoria electoral de inicios de 1936

R: Convoca las elecciones, elige a un nuevo presidente del consejo, no maneja la situación y, entonces, es arrastrado por todo esto. Y aquí, después, elige a Azaña para el papel de jefe de gobierno. No es fácil decir a quién debería haber elegido, pero eligiendo a Azaña conociendo muy bien cómo era es uno de los principales responsables de lo que sucedió después.

P: ¿Por qué se ha hecho tan poco hincapié en la revisión de actas que arrasó el voto de la derecha en las cortes? Es una medida tremenda, dictatorial, que exponía que el régimen era de facto una república popular

R: Bueno, si lo decimos amablemente se burlan del proceso electoral, de la democracia que llamarían formal. No les importa tratar mal a sus adversarios y en realidad se muestran antidemocráticos porque no admiten que el adversario pudiera tener razón en algunas actas. Hacen algo que no se puede hacer bajo ningún concepto en democracia y no les importa. Esto es un poco lo que dicen Villa García y Álvarez Tardío en su libro: buscan que la derecha no llegara nunca al poder y es un tipo de aniquilamiento moral. Apenas se habla de eso.

P: Según tu libro y los de Villa García y Álvarez Tardío se quitaban diputados simplemente por denuncias de periódicos o campañas de diputados como Fernández de los Ríos. No había un proceso judicial…

R: Uno lo lee y apenas se lo cree. Hay varias cosas: los hechos en sí y cómo lo hacen y es casi inédito. Además, es curioso porque conocemos lo que sucedió en la revolución rusa, no se espera nada bueno de ahí, y en España sucedieron cosas no tan diferentes. Esto apenas se dice porque se ve el país como parte de Europa occidental, hay como dos maneras de analizar el continente.

P: ¿No crees que esta revisión de actas y el asesinato de Calvo-Sotelo hacen crecer a la conspiración golpista de Mola, Sanjurjo y Franco? La conspiración tenía algo como reactivo contra la conversión de un estado liberal en socialista.

R: Todo indica que fuera así, ya que quedaron escarmentados con lo de Sanjurjo donde fueron muy poco cautos. Después la insurrección de octubre se creó una hostilidad a la guardia civil y a los militares, pero aun así tienen una paciencia enorme, y una de las fuentes dice a propósito del porqué no hicieron más. Tampoco hizo más, por ejemplo, Azaña para atajar la posibilidad de un golpe militar ya que se comportaron de manera relativamente tranquila. Había también amenazas de golpe, incluso, por parte de los anarquistas y no era seguro que fueran precisamente los militares los que saltaran.

P: De hecho, esperaban una “sanjurjada” Azaña y compañía, pero el clima social de 1936 no es del año 1932…

R: Muy diferente. En el 32, además, si uno lee lo que opinó el propio Franco del hecho ve que criticaba duramente a Sanjurjo por haberlo improvisado ya que fue muy negativo para el prestigio del ejército (esto fue cierto).

P: Háblame de la estrategia de democracias populares que auspició Stalin y estuvo a punto de triunfar en España o Francia

R: Stalin es un hombre astuto e idea unos pasos de un modelo que luego sería conocido: primero, tener una república burguesa y empezar a hacer limpieza de todos los elementos deseados para después poder proceder con más facilidad a un estado socialista-comunista. Hubiera podido suceder así, pero la izquierda después no controla ni siquiera a sus propios actores y esto se les va de las manos.

P: ¿Cuánto debe la imagen idílica de la II República a la labor infatigable del PCE y Tuñón de Lara en los años 70 y 80? Convirtieron a Bolloten en un autor reaccionario, cuando era proanarquista

R: Lo que he visto desde fuera de España es que la historiografía del siglo XX en España ha sido secuestrada por la izquierda. Desde ahí, para mi propio libro, decidí no usar las fuentes anteriores a Payne porque están atravesadas por la ideología. El siglo XX en España es un ejemplo nítido de la influencia de la ideología en la historia actual. La II República es síntoma y es más interesante que la guerra y el franquismo.

P: Es menos monolítica, hay muchas visiones contrapuestas en el propio periodo. No son sólo rojos y azules.

R: Está tan concentrado todo, hay tantas opiniones, que es un relato moral.

P: ¿Sabes qué, según Jorge Semprún, Tuñón de Lara cobraba directamente de Moscú? Lo cuenta en Autobiografía de Federico Sánchez. Es la misma imparcialidad de un cronista pagado por Pinochet…

R: Sí, es lo que han hecho el gremio de los historiadores. Algunos intelectuales con otros métodos, a través de la investigación…

P: Prefieren la fuente directa a la teoría

R: Es lo que sorprende en los autores recientes que hemos citado: han ido a los lugares, han viajado por todo el país, buscando fuentes. Uno se pregunta, ¿Por qué durante medio siglo no se han preocupado otros de cotejar estas fuentes? El desinterés por las fuentes supone una demostración de la ideología del periodo.

P: Y, la última pregunta, ¿No sería ideal una memoria histórica que resarciera a las víctimas desde 1931 de las ideologías totalitarias del siglo XX? Incluiría así a los anarquistas, los grandes olvidados de la guerra civil…

R: Son muy complicadas esas leyes de memoria histórica: o se quita la ley o se homenajea a todos. Yo quitaría la ley, solo trae complicaciones. Existe, además, violencia antes de la guerra, en la guerra, después de la guerra y entre las facciones de la guerra civil. La violencia de Barcelona…

P: Las jornadas de mayo de 1937 contra la CNT son brutales, es difícil encontrar un reconocimiento estatal sobre esa purga

R: Sería una manera de homenajear a todas las víctimas de la izquierda, pero yo creo que es mejor dejar a las víctimas en paz.

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