Ya desde Sant Jordi y a pesar del entusiasmo oficial, el baile de cifras entre el castellano y el catalán dejaba lugar a la confusión. En aquel entonces, es decir, en abril de este año, el 'conseller' de Cultura catalán, Ferran Mascarell, decía que el 53% de los libros vendidos estaban escritos en catalán; después, resultó ser el 46%.
El dato parece tener su confirmación en la encuesta Ómnibus 2015, realizada por el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), y según la cual un 35,4% de los catalanes prefiere la lengua catalana a la hora de leer libros, y aunque esto supondría 3,8 puntos porcentuales más que en la última oleada del año pasado, de ello se colige que el 65% prefiere el castellano, como también lo prefiere un 78% para ver una película en el cine.
Según la compañía de investigación de mercados alemana GfK, las ventas del libro catalán crecieron en realidad el 46,6% durante la semana de Sant Jordi, en lugar del 53,6% que habían informado los libreros catalanes. Y el libro en castellano sumó el 51,5% de los ejemplares vendidos, con una facturación del 54,9% a favor frente al 43,2% del castalán.
En el 2014, el catalán y castellano estaban prácticamente empatados (48,8% y 49%, respectivamente), pero mientras que en Sant Jordi del 2015 los libros vendidos en castellano han sido el 13% más que en 2014, la cifra de ejemplares vendidos en catalán solo se ha incrementado en un 2,6%. También habría que decir que, independientemente de la lengua, el mercado del libro ha ido sobre seguro.
En un año de tímida recuperación, reina una apuesta por libros de salida rápida y segura. Territorio no necesariamente implica idioma, claro, pero es de suponer que sea en Cataluña donde se edite en catalán. De ahí un vistazo a la fluctuación de su mercado editorial, tanto de libros en general como de libros publicados en catalán.
Ya en 2012, por ejemplo, Madrid superó a Cataluña en el porcentaje de libros editados, con un total de 36.575 ejemplares -el año anterior habían sido 35.765-, lo que representaba el 41,40%, mientras que Cataluña había publicado 21.757, el 24,63%. 7.544 ejemplares menos que en 2011. No hay que olvidar que ambas comunidades concentran el 70% de la oferta editorial, además del 84% de las traducciones y el 91% de los ingresos.
Todo sea dicho, aquellos eran los peores años de caída para el sector y así como hubo una reducción de libros en catalán, la hubo también en español. En ese entonces, los libros publicados en catalán alcanzaron el 8%, es decir, cerca de 7.175 ejemplares, mientras que esa misma cifra en 2011 era del 10% con 10.919 libros.