Una de las limitaciones de las redes sociales que más polémica genera entre los usuarios es la censura de desnudos, con el objetivo de que sigan siendo "un lugar auténtico y seguro en el que las personas puedan encontrar la inspiración y expresarse", tal y como se lee en las leyes comunitarias de Instagram. Por este motivo, Onlyfans se ha convertido en una buena opción para evitar esta censura.
Los museos también tienen que hacer frente a este problema, y no precisamente porque quieran compartir imágenes de personas sin ropa; simplemente porque necesitan promocionar sus obras de arte en las que aparecen desnudos. Los museos se quejan de que las redes sociales, principalmente Facebook e Instagram, no son capaces de diferenciar entre "La maja desnuda" y una fotografía 'porno'.
Para evitar esta censura, que en más de una ocasión ha sido objeto de denuncias y debates en redes, los museos de arte de Viena han apostado por mostrar sus obras de desnudos a través de Onlyfans, una red social de suscripción en la que se puede acceder a contenidos "subidos de tono" sin ningún tipo de prohibición.
La Junta de Turismo de la ciudad ha explicado que a partir de ahora trabajarán a través de Onlyfans para poder promover las obras de arte "más explícitas" que en otras plataformas están prohibidas. El funcionamiento será el siguiente: todo el que compre una suscripción en la cuenta de la junta en esta red social, que cuesta tres euros al mes, recibirá un 'Carnet de la Ciudad de Viena', con el que podrá conseguir descuentos en diferentes actividades de la ciudad, acceso a transporte público gratis y, por supuesto, tickets gratuitos para los museos.
Carlos Chaguaceda, director de comunicación del Museo del Prado, explica a Vozpópuli que se trata de una decisión con cierto tono provocativo: "Lo que han hecho en Viena es marketing de guerrilla, para que se hable de ellos por lo llamativo que es para un museo tener una cuenta en Onlyfans". Aunque considera que para evitar la censura sí es una buena estrategia, él apuesta por llevar a cabo otras campañas de comunicación.
La línea entre arte y pornografía
Tanto los museos de Viena como el responsable de comunicación del Prado comparten que uno de los problemas de las redes sociales más conocidas y tradicionales es que no "tienen la sofisticación para distinguir qué es 'porno' y qué es arte", señala Chaguaceda.
Desde el mundo del arte y la cultura esperan que la tecnología vaya poco a poco avanzando en el perfeccionamiento de los algoritmos de las redes sociales, que impiden que ciertas obras artísticas sean compartidas.
Unas de las censuras más conocidas es la de la Venus de Willendorf, la famosa escultura en piedra de una mujer desnuda de la época del Paleolítico, expuesta en el Museo de Historia Natural de Viena y prohibida en Facebook recientemente por ser contenido "explícitamente pornográfico". También se han censurado obras de Rubens, de Schiele o de Modigliani, famosos, entre otras cosas, por sus cuadros de desnudos.
También en TikTok se produce esa falta de criterio entre pornografía y arte. Por ejemplo, al Museo Albertina, en Viena, le suspendieron su cuenta en julio por publicar un vídeo con fotografías de desnudos del artista japonés Nobuyoshi Araki.
En España, Onlyfans todavía no es una opción
Aunque en el departamento de comunicación del Museo del Prado también hayan tenido que hacer frente a las instrucciones de Instagram y Facebook sobre contenidos sexuales, no contemplan abrirse una cuenta en Onlyfans, ya que llevan a cabo otro tipo de estrategias. Además, consideran que las redes sociales tienen que estar para acercar el patrimonio de cada museo a los usuarios, y consideran que a través de esta plataforma se alejan de su objetivo.
"En este museo solo queremos transmitir y difundir arte, y considero que Onlyfans no puede aportarnos mucho más que lo que conseguimos en otras redes si se hacen bien las cosas", señala Chaguaceda. Cuando quieren promocionar una obra que puede ser problemática, ellos prefieren centrarse en los detalles y "jugar estratégicamente con los rótulos".