Aquello de comer con los ojos, aunque suene a tópico, tiene algo de cierto. Así quedó demostrado en 2008 cuando la Tate Modern dedicó una muestra a Los Murales Seagram, un encargo que recibió de Mark Rothko, en 1958, para el restaurante Four Seasons del edificio Seagram, en el 375 de Park Avenue, en Nueva York.
Justamente por el aura exquisita que rodea a la mejor gastronomía, existe en la actualidad una escena vibrante y diversa de arte que impregna algunos de los restaurantes más elegantes de todo el mundo: desde The Ivy y Sketch en Londres, hasta Lucio, uno de los principales refugios artísticas y famosos de Sydney.
El afamado chef molecular Pierre Gagnaire, cuyo restaurante en la rue Balzac parisina hizo tambalear a la cocina francesa tradicional, trabaja con la galería Lelong y ha exhibido en su local las obras de artistas como Richard Serra y Antoni Tapies. Michel Besmond, director del restaurante Alcázar, también en París, dedica a sus paredes fotografías de artistas de la talla de Martin Parr y Nobuyoshi Araki, proporcionadas por la galería Kamel Mennour. He aquí una guía de los restaurantes más destacados, no solo por su alta cocina, sino por su exquisita decoración.
Sketch, Londres
Fundado por el empresario y diseñador Mourad Mazouz y el chef francés Pierre Gagnaire, el restaurante Sketch quiere dar una nueva vuelta de tuerca a su conocida vocación por el arte y el diseño, que ha definido casi una década de singladura del local. Si en sus tres espacios ha tenido cabida hasta ahora una combinación ecléctica de muebles estilo Luis XV con las últimas propuestas del videoarte, a partir de este año puso en macrha el concepto del restaurante de artista.
La Colombe d'Or, Provenza
Comenzó en 1920 como una sencilla posada con terraza a la cual ir a bailar y tomarse una copa. En los 40, cuando Saint Paul de Vence se convirtió en el paraiso de escritores, artistas y músicos, La Colombe d’Or –que también funciona como hotel- se convirtió en el sitio preferido de muchos de ellos y su colección de arte así lo demuestra: frescos de Léger y Braque, cuadros de Miró y Picasso, y un móvil de Calder, además de una magnífica colección de cerámica de Sean Scully.
Four Seasons, Nueva York
Hasta hace una semana, el telón pintado por Pablo Picasso en 1919 para el ballet El sombrero de tres picos permanecía colgado de la pared que lo ha alojado durante 55 años en el restaurante Art del hotel Four Seasons de Nueva York. Sin embargo, por razones de conservación -que los dueños piensan rebatir para parar la decisión-, este ha sido traslado a la New York Historical Society. Cuando Phyllis Lambert lo compró –a finales de los años cincuenta- , el lugar que eligió para colocarlo fue el restaurante del edificio más importante de su familia, que no en vano pasó a llamarse Art por haber sido diseñado por Philip Johnson y Mies van der Rohe, y contar con tres galerías que han mostrado trabajos de Warhol, Pollock o Miró.
De Lucio, Sydney
Tiene alrededor de 500 obras de arte de destacados artistas de Australia, incluyendo bocetos en papel o servilletas de Sidney Nolan y Charles Blackman. Fue fundado en 1983 y desde entonces reina entre los mejores restaurantes italianos del mundo y, por supuesto, de los mejor dotados en lo que a arte respecta. "La comida y el arte para mí es como el aire que respiro", asegura Lucio Galletto, su dueño."La combinación de buena comida, buen servicio y un buen arte en las paredes es, en mi opinión, una de las mejores experiencias que te puedas imaginar."
L’Opera, París
Después de casi 140 años, la Ópera de París inauguró en 2011 su restaurante, diseñado por la reconocida arquitecta Odile Decq. Ubicado en la rotonda de la fachada este, el restaurante se alza, por sí solo, como una obra de arte. Se llama Phantom, porque como un fantasma que aparece y desaparece, las columnas de la fachada este del edificio original esconden las formas onduladas y curvilíneas de las estructuras.
