Aunque por todos es sabido que lo más aconsejable es llevar una dieta sana y equilibrada durante todo el año, llegado el verano, son muchos a los que les entran las prisas por adelgazar. En esta época, son las llamadas dietas exprés las que cobran protagonismo para conseguir obrar el esperado milagro que nos haga perder algunos de los kilitos acumulados durante el invierno.
Buceando entre las numerosas opciones, encontramos un plan para adelgazar al que no dejan de salirle seguidores, la conocida como la dieta del pepino. Una dieta en la que, como es de imaginar, el pepino es el alimento principal, y casi el único permitido, aunque incluye algún otro bajo en grasas y calorías.
Te contamos en qué consiste la famosa dieta del pepino, que promete adelgazar tres kilos en tres días, y los riesgos y contraindicaciones que conlleva.
¿Qué es la dieta del pepino?
Se trata de una dieta muy restrictiva que, como es de imaginar, no cuenta con la aprobación de gran parte de los expertos. Eso sí, también hay aquellos que no lo critican si se lleva a cabo durante poco tiempo y de forma muy puntual.
Se trata de una dieta hipocalórica, con la que consumimos menos calorías de las que necesitamos, por lo que el cuerpo gasta de las acumuladas, ayudándonos a perder grasa y a adelgazar.
El pepino es un alimento nutricionalmente muy valorado, con casi un 96 por ciento de agua en su composición, por lo que, además de refrescante e hidratante, mejora la retención de líquidos.
Considerado un alimento aliado en cualquier dieta para adelgazar, el pepino posee un gran poder saciante, prácticamente nada de grasas y apenas aporta calorías. Según la Fundación Española de la Nutrición aporta 77 calorías por cada 100 gramos.
¿Cómo se hace la dieta del pepino?
Para llevar a cabo la dieta del pepino, se recomienda consumir en el desayuno una taza de café o té verde sin azúcar, una pieza de fruta (una naranja, una mandarina, una pera o una manzana), un pepino sin piel y un vaso de agua tibia con limón. Si te entra hambre a media mañana, puedes tomar un yogurt desnatado.
Para la comida, tomaremos una sopa de verduras que tenga la menor cantidad de grasa posible, acompañada de una ensalada de pepino y lechuga. Para el postre, una pieza de fruta de las anteriormente recomendadas.
A media tarde, para no llegar a la cena con un hambre voraz, podemos tomar un huevo cocido sin sal ni aceite. Terminamos el día con una cena algo más variada, en la que comeremos una ensalada de pepino y una porción de pescado o pollo a la plancha.
Durante los días que dure la dieta, un máximo de tres, es importante beber al menos dos litros de agua diario para mantenerse hidratado y eliminar las toxinas.
Riesgos de la dieta del pepino
En plena batalla contra las llamadas dietas exprés, los expertos coinciden en que una pérdida de peso así en tan poco tiempo no puede ser saludable.
Y es que una pérdida de peso así puede conllevar riesgos. Y no nos referimos solo a que esta dieta no aporta los nutrientes necesarios para el organismo, razón por la que este tipo de planes tan estrictos reciben críticas, además, es muy fácil que aparezca el temido efecto rebote.
Tras los días llevando a cabo esta restrictiva dieta, la vuelta a la alimentación habitual nos puede hacer recuperar lo perdido de una manera muy rápida. Para intentar evitarlo, es recomendable ir incorporando los alimentos poco a poco, y no darse atracones con comidas cargadas de grasas y azúcares.