¿Es sano ser exnovios y quedar como amigos? Y lo más importante: ¿de verdad se puede conseguir cuando uno de los dos ha sufrido la ruptura más que el otro miembro de la pareja? Estas dos cuestiones son las que se plantean muchas personas cuando el amor se acaba y viven una ruptura sentimental.
Da igual si uno es el que deja y otro el dejado o si la separación se ha producido de mutuo acuerdo, en ninguno de los casos es fácil conseguir una bonita amistad cuando ha habido amor de por medio. Pero no es imposible.
Lo primero que tenemos que saber es que se puede ser amigo de un ex pero es fundamental que las dos partes hayan aceptado y superado la ruptura. Si uno de los dos aún se siente dolido, defraudado o sencillamente sigue sufriendo por la historia de amor que se ha roto, no habrá posibilidad de llegar a un punto de encuentro en el que el amor de pareja deje sitio al amor de amigos.
Tener claro que esa persona ya no es tu pareja es clave. Ha sido importante para ti, quizá era el centro de tu vida (gran error si era así porque te será más difícil superarlo) y seguro que habéis vivido momentos increíbles y otros no tan buenos juntos. Esto nos lo debemos grabar a fuego para entender que en el momento en el que se rompe, ya no sois novios.
Si uno de los dos sigue ‘enamorado’, si uno de los dos aún sigue teniendo en la cabeza que puede haber una segunda oportunidad en el futuro y el otro no, o si uno de los dos no quiere ver que es el final, será imposible seguir como amigos porque al final alguno de los dos saldrá perjudicado y herido.
Que las dos partes sean conscientes de esta nueva situación para seguir mirando hacia adelante sin rencores ni malos rollos. Hay ocasiones en las que después de asumir la ruptura y aceptar la nueva situación vital de cada uno de los miembros de la pareja, se llega a la conclusión de que es bueno y sano seguir formando parte de la vida del otro y manteniendo el contacto.
Eso sí, hay que marcar ciertos límites y que queden claros para las dos partes, de esa forma no habrá lugar a falsas esperanzas o confusiones dolorosas.
¿Por qué queréis seguir siendo amigos?
Según un estudio de la Universidad de Kansas de 2017, las razones que nos llevan a mantener la amistad tras una ruptura son las siguientes:
- Nos da seguridad ante el miedo a perder al otro para siempre, así mantenemos el contacto emocional, el apoyo y sus consejos.
- Si hay hijos, suele ser por cuestiones prácticas y de comodidad.
- Por ser amable con el otro y no querer herir sus sentimientos (sobre todo cuando somos los que dejamos).
- Cuando uno de los dos mantiene el deseo de recuperar el amor perdido se aferra a la amistad como esperanza.
Cómo pasar de exnovios a amigos
Lo primero que debemos plantearnos cuando sucede la ruptura es el tiempo que necesitamos para superarla. Hablamos del conocido como duelo, que en cada persona puede durar más o menos. Recuperarse del dolor, de un futuro planeado que se ha venido abajo, de un posible engaño y reconectar con nuestro propio yo, con nuestros sentimientos y con lo que queremos para nosotros, no es una tarea sencilla y algunas veces requiere de la ayuda de un profesional de la psicología.
No hay prisa. Es aquí cuando es vital darse un tiempo con la expareja. Que cada uno se recoloque y sepa bien qué necesita y cuáles son los tiempos que le van a ayudar. Si nada más romper os seguís viendo, seguís hablando por teléfono de manera habitual o mantenéis el contacto de alguna forma, las aguas tardarán mucho más en volver a su cauce o, lo que es peor, nunca llegaréis a un punto de entendimiento y comprensión.
Quiérete mucho. Una ruptura no suele ser plato de buen gusto para nadie. Antes de plantearte si tu ex puede seguir siendo tu amigo, quiérete a ti más que a nada. Recupera la autoestima si te han roto el corazón y no te culpabilices ni pienses que podrías haberlo hecho de otra forma para retener a ese amor perdido. Las cosas siempre pasan por algo y ¿quién te dice que no será mejor como amigo o amiga que como pareja? ¡La vida es sorprendente!
¿Merece la pena? En el momento de dejar o ser dejado se nos vienen a la cabeza mil sentimientos de todo tipo y no todos son positivos hacia la otra persona. Si queremos seguir siendo amigos no tiene que haber sitio para el rencor en ninguno de los dos lados. Una buena idea es, después de haber pasado el duelo y esa fase de rabia o tristeza, hacer una lista con las cosas positivas que has vivido en la relación.
Sé concreto, acepta los defectos del otro y los tuyos, y vuelve a recordar esas situaciones divertidas, esos momentos alegres juntos, ese día en el que fue tu gran apoyo, para sentir que merece la pena seguir preocupándote por esa persona.
Busca la libertad. No solo la tuya, que es fundamental para una vida feliz, sino también la de la persona a la que has amado. No le agobies, no le pidas más de lo que puede darte y no le exijas que se comporte como lo hacía cuando erais novios. Esto no funciona así. Si no dejas al otro que sea quien quiere ser, que vuele libre, no habrá ni el más mínimo espacio para una amistad entre vosotros.
Preocúpate por él, sí, pero no por su vida sentimental ni por sus relaciones sociales. Tampoco dejes que él o ella lo haga con la tuya. Puede hacer con su vida lo que quiera y tú también. Respeta al otro y hazte respetar.
¡No es obligatorio seguir siendo amigos!
No hay que terminar siendo amigos sí o sí. Hay parejas que rompen y no vuelven a verse ni a saber el uno del otro nunca más. Y si es así, tampoco pasa nada. Quizá a veces es mejor olvidarse y dejar de ver al otro para seguir adelante cada uno con su vida.