Adelgazar es uno de los grandes propósitos que muchas personas se planean con la vuelta de las vacaciones. Aunque el objetivo debería ser implementar una rutina de vida más saludable, perder peso puede ser una motivación extra para empezar a llevar una alimentación más equilibrada y hacer ejercicio físico.
Lo más fácil de conseguir, pero no lo deseable, es que el cuerpo baje peso a expensas de perder masa muscular o agua; pero, por el contrario, lo más importante es que el peso que perdamos sea gracias a lo que realmente sobra y que no es saludable, que es la grasa y en su lugar aumente la masa muscular.
En este proceso, cuando una persona baja de peso sin cuidar la masa muscular, se ven afectados distintos indicadores de salud, muchos de los cuales están relacionados con la funcionalidad; es decir, con la capacidad de movilidad, la vitalidad, etc., pero también de forma visible se refleja notablemente en la piel.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y está compuesta principalmente de agua, proteínas (colágeno y elastina) y grasas. Cuando se pierde peso o estamos intentando adelgazar, se produce una reducción en la grasa subcutánea, lo que puede provocar arrugas y piel flácida. Este proceso se conoce como ‘ptosis cutánea’ y se caracteriza por la pérdida de elasticidad y firmeza de la piel.
Al adelgazar o sufrir una pérdida acelerada de peso, sin ningún cuidado ni seguimiento en el proceso, puede traer diversas consecuencias, como:
- Aparición de estrías: que son marcas lineales en la piel debido a la ruptura del tejido conjuntivo profundo. En algunos casos, la pérdida de peso puede dejar cicatrices o marcas en la piel, especialmente en aquellos casos en los que la piel se ha estirado significativamente antes de la pérdida de peso.
- Aparición de celulitis: en España, cerca del 80 por ciento de las mujeres reconoce experimentarla. Se trata de un problema multifactorial, que en algunos casos puede surgir debido a las fluctuaciones de peso causadas por las dietas que no abordan de forma eficaz el tratamiento del exceso de grasa ni permiten mantener los logros a largo plazo.
- Acelera el envejecimiento de la piel: adelgazar puede intensificar la aparición de arrugas, piel flácida y provocar una apariencia de envejecimiento prematuro. La pérdida de grasa subcutánea, que actúa como una capa protectora y de soporte para la piel, es crucial para mantener una apariencia firme, juvenil y saludable.
Adelgazar y piel perfecta, un dúo complicado
Como parte de ello, a la hora de adelgazar pueden aparecer casos de esqueletización facial, también conocida como "aspecto de hundimiento", el cual surge cuando se pierde volumen en las mejillas y en la zona del hueso malar, lo que da como resultado una apariencia más prominente de las estructuras faciales.
La preservación de la masa muscular y la adecuada ingesta de proteína desempeñan un papel crucial en la pérdida de peso de calidad y en mantener una apariencia saludable de la piel. En los últimos años, diversos estudios científicos han demostrado que una dieta cetogénica baja en grasas, combinada con actividad física y supervisión médica, es eficaz en este sentido.
“Al reducir la ingesta de carbohidratos, esto permite al cuerpo utilizar sus reservas de grasa como fuente de energía, lo que resulta en una pérdida de peso basada principalmente en grasa, sin afectar a la masa muscular”, explican desde PronoKal®. Ellos nos dan cuatro puntos claves para cuidar y proteger tu piel si estás tratando de adelgazar:
-Practica ejercicios de fortalecimiento muscular: La evidencia científica ha demostrado que la pérdida de grasa se logra de forma más eficaz practicando ejercicios de fuerza sencillos y seguros que involucren grandes grupos musculares, como piernas o espalda, ya que estos, además de lograr una disminución de grasa por su efecto de elevación del metabolismo, permiten preservar la masa muscular.
Para Felipe Isidro, responsable del área de Actividad Física de la firma, “si alternamos de forma adecuada los ejercicios de fuerza con otros más de estilo aeróbico o cardiovascular, esto nos permitirá reducir la probabilidad de recuperar el peso perdido, una vez se finalice el tratamiento. Asimismo, está comprobado que los ejercicios de fortalecimiento muscular ayudan a prevenir la pérdida de músculo y mejoran la apariencia de la piel”.
-Prioriza un plan alimentario con la ingesta adecuada de proteína al día: Según un estudio realizado por el Journal of Obesity and Metabolic Syndrome, se encontró que una dieta que incluya la suficiente cantidad de proteína ayuda a preservar la masa muscular y la función hepática durante el tiempo que queremos adelgazar.
Hay una amplia variedad de alimentos que puedes incluir. Desde fuentes de proteína animal como carnes magras, pollo, pavo, pescados, mariscos; así como productos lácteos bajos en grasa, como yogur griego, queso cottage y leche. Asimismo, los huevos son una excelente fuente de proteína y un alimento muy versátil en cualquier plato. También puedes obtener proteínas de fuentes vegetales, como las legumbres (lentejas, garbanzos, alubias), tofu o el tempeh.
Otro aliado poderoso es el Omega-3, conocido por sus numerosos beneficios para la salud, incluyendo la pérdida de peso. Entre sus principales ventajas, los alimentos o la suplementación -si es necesaria- con Omega-3 mejoran la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda al cuerpo a utilizar mejor la glucosa y así reducir la resistencia a la insulina; también disminuye la retención de líquidos y ayuda a mantener la masa muscular durante la pérdida de peso, lo que contribuye a una composición corporal más saludable.
-Hidrátate siempre: beber suficiente agua es fundamental para mantener la piel hidratada desde el interior. La hidratación ayuda a mantener la elasticidad de la piel y a prevenir la sequedad que puede surgir durante el tiempo que estamos buscando adelgazar.
-Sigue una rutina saludable: dentro de tu día a día, hay pequeñas acciones que puedes incorporar para mejorar tu salud y bienestar. Comienza con una buena rutina de sueño, ya que un descanso adecuado ayuda a regular las hormonas del apetito, lo que favorece la pérdida de peso y mejora la regeneración celular de la piel. Además, un buen sueño contribuye a la reducción del estrés, beneficiando tanto tu salud mental como física.