Una buena alimentación es clave para llevar una vida saludable. Así lo apuntan los expertos que aseguran que una dieta sana es aquella en la que se incluyen alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, carnes, pescados y frutos secos. Y es que, tras años casi demonizados, los frutos secos se han convertido en esenciales para la salud. Así lo demuestra el fruto seco quemagrasas que previene la obesidad y la diabetes; el rico en melatonina que ayuda a dormir mejor y aumenta el rendimiento sexual; o el que ayuda a adelgazar, reduce el colesterol y combate la hipertensión.
En los últimos años se han llevado a cabo numerosos estudios científicos que revelan los numerosos beneficios de los frutos secos. Por eso queremos hablarte de uno que, gracias a sus buenas propiedades nutricionales, se ha convertido en uno de los más populares, sobre todo durante el invierno.
Hablamos de las castañas, el fruto del árbol castaño que cada año se convierte en uno de los alimentos estrella de los meses de más frío cuando, tras arrancar su temporada en otoño, las calles se inundan del aroma de las castañas asadas de los típicos puestos.
Beneficios de las castañas, el fruto seco con menos calorías y mucha fibra que ayuda a adelgazar
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la variedad de castaña que habitualmente se consume es la castaña común o castaña europea. Sin embargo, existen otros tres tipos: la castaña china, la japonesa y la americana. Aunque la composición de todas ellas es muy simular, se diferencian sobre todo en su dulzor, siendo más intenso en el caso de la variedad china, y en la proporción de hidratos de carbono.
Y es que las castañas son, casi en la mitad de su composición, ricas en hidratos de carbono complejo. “No hay que olvidar que los hidratos de carbono han de ser la fuente más importante de energía de nuestra dieta”, apunta la FEN. En el caso de este fruto seco, son en su mayoría almidones, por lo que aumentan el nivel de glucosa sanguíneo de manera lenta y sostenida, ofreciendo un aporte de energía continuado.
Las castañas son fuente de fibra, que ayuda a combatir el estreñimiento, y con efecto digestivo, ya que su concentración en taninos realiza una acción astringente y antiinflamatoria. Pero además, si cerca de la mitad de su composición eran hidratos de carbono, también casi el otro 50 por ciento es agua.
A pesar de tratarse de un fruto seco, la composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales. Así, no aporta tantas grasas como otros frutos secos, y son, sin duda, el menos calórico. Según la FEN, 100 gramos de castañas aportan 209 calorías. Unas propiedades que, unido a su poder saciante, hacen que sea una buena elección en las dietas para adelgazar.
En cuanto a los minerales, este fruto seco es fuente de fósforo y, principalmente, de potasio. De hecho, las castañas ofrecen más cantidad de este mineral (500 mg/100 gramos) que el plátano (350 mg/100 gramos).
Aunque tras caer del árbol, las castañas van transformando sus hidratos en azúcares, diversos estudios desvelan que gracias a su contenido en fibra y ácidos grasos, este fruto seco ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre.
Aunque no son uno de los alimentos más ricos en vitamina C, título que se reserva principalmente para los cítricos, las castañas también ofrecen este nutriente. Más significativo es su aporte de vitaminas del grupo B (B1 y B6).
Cómo comer las castañas y las precauciones que hay que tener
Además de muy nutritivo, este fruto seco es muy versátil, ya que puede ser consumido crudo, asado, confitado o hervido, e incluso utilizarse como ingrediente para ensaladas, guisos, purés, en repostería o como guarnición.
Aunque a priori las castañas son aptas para todo el mundo, a excepción de quienes puedan tener alergia o intolerancia, es importante tener en cuenta que crudas son tienen alto contenido en taninos. Por lo que pueden provocar molestias intestinales y gases, sobre todo si se consumen en exceso.
Urenga
¿Por qué ponen una foto con avellanas en un artículo sobre castañas?