Cada vez son más las personas que, dispuestas a llevar a una vida saludable, cuidan su alimentación. Algo que ha aumentado la popularidad de los llamados superalimentos, conocidos ingredientes que, gracias a sus propiedades ofrecen importantes beneficios para la salud. Es el caso del superalimento que previene la diabetes, mejora la vista y ayuda a adelgazar; el que reduce el azúcar y mejora la digestión; o el antiinflamatorio que cuida del corazón y protege contra el cáncer.
Aunque bien es cierto que los superalimentos no cuentan con propiedades milagrosas, sí ayudan a llevar una vida sana. Algo que ya apuntó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 1986, cuando definió a estos ingredientes como aquellos que por sus características nutricionales, combinadas con unos buenos hábitos, confieren mejoras para la salud.
Así, entre los superalimentos más conocidos encontramos la chía, la avena o el jengibre, pero también a otros imprescindibles en nuestra cocina como el ajo, considerado uno de los alimentos más completos y saludables.
Los beneficios del ajo, el superalimento que actúa como antibiótico natural y controla el colesterol
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición, el origen de este superalimento se sitúa en Asia central, desde donde se extendió por todo el mundo. Así, se sabe que se utilizó como energizante en la alimentación de los obreros que construyeron las pirámides de Egipto, “hasta tal punto se hizo necesario, que una vez faltó el ajo, alrededor del año 3500 a.C, y los obreros se negaron a trabajar, dando lugar a la primera huelga que se conoce”.
Pero además, los atletas griegos comían ajo antes de una competición para coger fuerzas, y después para reponerse; mientras que los romanos lo utilizaban como antiparasitario. Durante la I Guerra Mundial, se utilizó para la desinfección de las heridas cuando faltaron los antisépticos convencionales.
Según la FEN, este superalimento es fuente de minerales como el yodo, fósforo y potasio, y vitaminas como la B6, aunque asegura que “las propiedades del ajo están basadas sobre todo en los compuestos sulfurados que contiene (alicina, alil/dialil sulfidos)".
Bajo en calorías (118 por cada 100 gramos), este superalimento es muy apreciado en la cocina mediterránea por su aroma y su sabor y ofrece increíbles propiedades:
-Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico: gracias a sus propiedades antivirales, antibacterianas y antioxidantes, unido a su aporte de minerales y vitaminas, la ingesta de este superalimento ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y protege contra las infecciones.
-Cuenta con propiedades antioxidantes: contiene compuestos antioxidantes, como la alicina, que ayuda a combatir los radicales libres, reduciendo el estrés oxidativo y el riesgo de enfermedades crónicas.
-Aliado de la salud cardiovascular: tal y como apuntan diferentes investigaciones, el ajo es un gran aliado del corazón, ya que ayuda a reducir la presión arterial y controla los niveles de colesterol. Así lo apuntan desde la Fundación Española del Corazón (FEC) que recomienda el consumo de este superalimento, “que podría ser beneficioso en pacientes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”.
-Propiedades antiinflamatorias: otra de las propiedades más admiradas del ajo es la antiinflamatoria, gracias a la que ayuda a reducir el riesgo de sufrir algunas enfermedades y trastornos inflamatorios.
-Mejora la digestión: el ajo ayuda a eliminar los gases y estimula la producción de jugos gástricos que mejora la digestión, por lo que previene problemas digestivos como la hinchazón o el estreñimiento.
-Propiedades antibacterianas y antivirales: este superalimento ha sido utilizado tradicionalmente para combatir infecciones. Tal y como apuntan los expertos, tiene potentes propiedades antibacterianas y virales que ayudan a tratar y prevenir una gran variedad de infecciones, desde resfriados y gripes a las provocadas por hongos y bacterias.
-Ayuda a alargar la vida: según las investigaciones, este superalimento ayuda a prevenir los efectos del envejecimiento, incluidas algunas enfermedades asociadas a la edad avanzada. El consumo de ajo podría aumentar la longevidad. Así lo señala un estudio realizado en China que asegura que las personas que comen ajo de forma habitual (más de cinco veces a la semana), reducían su riesgo de mortalidad hasta en un 11 por ciento.