No paras de contar los días que te quedan para cogerte las vacaciones en el trabajo. Y cuando estás descansando temes que llegue el momento de volver a la oficina. No estás motivado. Te levantas ya cansado, te arrastras hasta tu escritorio y cumples con las ocho horas para irte a casa con cara de pasa. Últimamente nada parece alegrarte, y estás metido en un bucle del que no sabes salir.
¿Qué te está pasando, lector? ¿Por qué ya no te motiva ni el trabajo ni tu vida? ¿Acaso es el curro el que está afectando a tu realidad o es al revés? ¿O son ambas?
Te levantas ya cansado, te arrastras hasta tu escritorio y cumples con las ocho horas para irte a casa con el mismo desánimo
Si te sientes identificado con las líneas anteriores, te va a interesar lo que nos ha contado la doctora Mercedes García, experta en Inteligencia emocional y en gestión de las emociones y directora del Instituto Psicobiológico. La especialista te ayudará a saber qué nos ocurre y, lo mejor, cómo puedes solucionarlo. Muy atento.
Estoy quemado en el trabajo, ¿por qué?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) admitió el pasado mes de mayo el síndrome de Burn Out, o del trabajador quemado, como enfermedad laboral. Los síntomas para detectar que una persona lo sufre son sentimientos de agotamiento severos, una mayor distancia mental del trabajo o sentimientos de negativismo o cinismo y, por último, una reducción de la eficacia y producción laboral.
En España cada día hay más 'quemados', ¿por qué? Aunque las paupérrimas condiciones laborales muchas veces son las que provocan este hastío vital, en otras muchas ocasiones este agotamiento se produce por culpa nuestra: no sabemos gestionar bien las emociones y tampoco tenemos las claves sobre cómo utilizar la inteligencia emocional para evitar estrés o las frustraciones.
En muchas ocasiones este agotamiento se produce por culpa nuestra: no sabemos gestionar bien las emociones
Muchos de nosotros no sabemos cómo actuar ante ciertas situaciones o cómo salir de un bucle negativo simplemente porque no nos han enseñado a ello, porque nos faltan nociones en inteligencia emocional. Las empresas se están dando cuenta de este vacío y muchas están ya tomando cartas en el asunto.
"Las empresas ahora mismo están generando Departamos de Bienestar, en el que contratan a asesores o entrenadores en inteligencia emocional. Las compañías están viendo que hay un nivel alto de insatisfacción. Es lo que ahora llamamos 'empresas saludables', un sector que se preocupa de cómo se siente a nivel emocional el empleado. Esto, claramente, influye en la productividad del trabajador, indice en la reducción de bajas laborales y mejora el clima de la compañía", detalla García.
No sabemos cómo gestionarnos, cómo lidiar con los sentimientos negativos, y eso no solo influye en nuestro trabajo, sino también en todos los aspectos de nuestra vida. "Falta educación emocional en la población", enfatiza la experta.
Qué hacer si estoy quemado y nada me motiva
Si notas que estás quemado, que no sabes gestionar bien las emociones, que estás en un punto en el que vivir con esa angustia se te hace insoportable, ¿qué hacer? Lo primero es acudir a un especialista. "Puede ser nuestro médico de siempre y que éste nos evalúe, y después debemos empezar a pensar qué nos sucede".
Lo más importante es tomar conciencia de que algo nos ocurre
"Lo más importante es tomar conciencia de que algo nos ocurre. Eso ya es un paso importantísimo, es abrir la puerta", asegura García, quien nos confiesa que hay muchísima gente que no es consciente de su falta de empatía, que no se da cuenta de que no gestiona bien sus emociones, las cuales repercuten, de una u otra forma, en las personas que les rodean.
¿Últimamente has enfermado?
Si en los últimos meses, y sobre todo desde que te sientes así, has enfermado (una gripe, cólicos, un eccema, problemas bucales...) no creas que ha sido casualidad. Las emociones negativas están estrechamente relacionadas con las dolencias físicas.
Las emociones negativas están estrechamente relacionadas con las dolencias físicas
Una investigación de seis años, realizada por la catedrática Mónica de la Fuente y por Mercedes García, reveló cómo las emociones afectaban a la salud. "Hay una conexión importante entre el sistema emocional y el endocrino. Cuando comienzan a aparecer estas enfermedades suele ser cuando uno toma conciencia de que algo le está pasando, y se da cuenta de que debe tomar cartas en el asunto", añade García.
Contra los gurús de la autoayuda
Cómo no sabemos gestionar las emociones, recurrimos a los libros de autoayuda para que nos den la luz sobre qué tenemos que cambiar en nuestra vida para ser más felices. Los compramos y leemos para buscar una solución que nos quite la ansiedad y la angustia.
El negocio de los libros de autoayuda no para de aumentar. Según Gerardo de Miguel, jefe de prensa de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), se han llegado a vender 9.937.000 de ejemplares registrados en la temática de autoayuda y desarrollo personal, en base a los datos de Comercio Interior del Libro de 2018. Y según la Agencia del ISBN la facturación de libros prácticos sobre felicidad fue de 119 millones de euros en 2016.
La lectura está bien siempre que los autores sean de referencia y sean serios, y en este campo hay mucho 'gurú' y mucho intrusismo
Un negocio en auge pero... ¿útil? Mercedes García es clara: "La lectura está bien siempre que los autores sean de referencia y sean serios. Uno tiene que tener una responsabilidad a la hora de escribir, y hay mucho gurú y mucha historia... Para que un libro sea bueno y serio debe tener referentes. El autor no tiene por qué ser un catedrático, pero sí se le debe pedir que su escrito tenga una línea científica importante".
"Hay mucho intrusismo en este sentido. Hay que apelar a la rigurosidad y a la ciencia. Yo abogo por una formación, rigurosa, de un año, de inteligencia emocional. Debemos y podemos aprenderla", añade.
Una generación estresada
La inteligencia emocional es, pues, nuestra tarea pendiente. Mercedes García no se ha caído de un guindo: nos cuenta que en ocasiones "estas pautas no pueden ayudar a todo el mundo, por ejemplo, a una persona recién desahuciada no puedes ir a decirle que tiene que aprender a manejar sus emociones", pero esto sí se le puede aconsejar a la mayoría de la población, que no tiene problemas graves y aún así no saben cómo remontar porque no tienen las claves para ello.
La ansiedad, el estrés, los ansiolíticos y los libros de autoayuda se han convertido en el pan nuestro de cada día. Y aún así no logramos vencer el hastío. Nos falta información sobre inteligencia emocional desde la cuna, e igual es hora de aprender a buscarla, ¿no crees?