Es el 'fast- food' de la cocina japonesa y uno de los platos más conocidos del país del sol naciente. Una pequeña porción de arroz glutinoso recién hecho y tibio (temperatura ideal), moldeada con la mano en forma oval y sobre la que se coloca una tira de pescado o marisco. Entre ambos, una pizca de la salsa que el sushiman considere idónea. Es el nigiri sushi, que se lleva la palma en popularidad, aunque también se engloban dentro de esta gran familia los distintos tipos de makis. Ambos son los más conocidos dentro de estos aperitivos japoneses.
Sushi, mejor sin salsa de soja
Revolucionó el ‘establishment’ nacional con su aterrizaje tardío en nuestro país y, desde el primer momento, dimos la bienvenida vorazmente a esta especialidad nipona. Pero, derribemos mitos, la salsa de soja no es que sea el mejor acompañante: su fortaleza y salinidad puede difuminar e incluso anular el sabor a pescado.
Como norma general, los vinos que acompañen el sushi deben respetar el delicado sabor del pescado crudo
Lo mismo ocurre con una serie de vinos que pueden hacer una pareja mal avenida con el sushi. Como norma general no deben ser demasiado fuertes ya que enmascararán la suavidad del pescado crudo. Y, en este apartado, hay que decir adiós a los tintos, ni siquiera de los más jóvenes, ya que la tanicidad no es buena amiga del sushi. Lo contrario que ocurre en el caso de pescados cocinados, muchos de los cuales admiten sin dudarlo un tinto joven del año sin barrica e, incluso, un “roble” (con pocos meses de crianza).
Las burbujas son, en general, su mejor compañía
Los espumosos ya son otro cantar. Con ellos nunca fallarás. Empezando por el champagne, siguiendo con el cava o terminando en algún “sekt” germánico. Siempre que sean de buena calidad- no hace falta gastarse dinerales- hará un buen papel. Las burbujas hacen maravillas en este campo.Y, desde luego, los blancos se llevan inmejorablemente bien con el sushi, desde el suave pez mantequilla al recio salmón. También con los rosados hará una buena amistad, al ser más potentes que el blanco o el cava, casarán siempre mejor con pescados fuertes y grasientos como el esturión, el chicharro, la sardina o el rodaballo.
Tres vinos que darán la talla con el sushi
1) AA Bruant 2016
- Bodegas Alta Alella
- Cava de Paraje Calificado
- PVP recomendado: 17,50 euros
Fue el primer cava elaborado sin adición sulfitos. Un cava brut nature (no contiene azúcares añadidos), ecológico y de añada de uva pansa blanca 100%. Elaborado siguiendo el método tradicional del cava, posee la categoría de “Reserva”, ya que pasó de 20 a 30 meses en botella. Hará un buen papel con sushi de todo tipo de pescados, e incluso con huevas de salmón en gunkan.
2) Waltraud 2018
- Bodegas Torres
- DO Penedés
- PVP recomendado: 18,35 euros
Un excelente riesling nacional sin nada que envidiar a los del Rhin de su mismo segmento, por algo lo hizo Miguel Torres Riera en honor a su mujer, Waltraud. Las cepas se cultivan a más de 500 metros de altura, lo que es siempre un buen comienzo. Fragante, delicado, fresco y largo en boca, es perfecto para el sushi y sashimi. Potenciará el pescado de manera elegante. Una apuesta segura.
3) Hito 2018
- Bodegas Cepa 21
- D.O. Ribera del Duero
- PVP recomendado: 7,20 euros
De color rosa pálido, en sintonía con la moda en este tipo de vinos, está elaborado con uva tempranillo (tinto fino en la zona). Armónico, fresco y con una intensidad media, la producción es de 26.000 botellas. Posee una acidez muy viva que le permite enfrentarse a todo tipo de pescados en sushi, sashimi y también hacer frente a los makis, incluso los de anguila ahumada, de recio e intenso sabor. Un vino ligero pero persistente, esa es la clave.