Bienestar

Salud mental y redes sociales o el motivo por el que apartar tu contador de 'likes' en Instagram y Facebook

Facebook, TikTok e Instagram copan el podio de las redes sociales más descargadas del mundo, un universo donde la salud mental parece no ser tan relevante como lo que se

  • Un grupo de personas miran su tele?fono mo?vil. -

Facebook, TikTok e Instagram copan el podio de las redes sociales más descargadas del mundo, un universo donde la salud mental parece no ser tan relevante como lo que se muestra. Las dos primeras superan los 3.000 millones de descargas, mientras que Instagram se queda 'solo' en unas 1.200 millones de descargas. Trasladado a las grandes cifras mundiales, diríamos que algo menos de una de cada dos personas tiene TikTok o Facebook, mientras que una de cada seis personas tiene Instagram.

Vídeos, reels, stories, retos virales, fotos familiares, celebrities, influencers, marcas, clubes deportivos, foodies... Son decenas los nichos en los que estas redes sociales, eminentemente aspiracionales, se han colado en nuestras vidas. Con ellas, más allá de un mundo de éxitos, alegría y felicidad, también va aparejada una dependencia, sobre todo en aquellas personas que han convertido las redes sociales su escaparate vital, bautizada como 'la dictadura del like'.

Utilizada casi como moneda de cambio y motor de reconocimiento, valorando más a aquellos usuarios que más 'me gusta' tienen, la dinámica puede alcanzar límites perniciosos ya que el sentimiento de aprobación o de pertenencia al grupo con esas pequeñas píldoras de felicidad dispara nuestras endorfinas.

Pero, ¿qué pasa cuando nos comparamos con personas con más seguidores o con más repercusión, o cuando nuestras publicaciones no son comentadas, valoradas o compartidas?

Ansiedad, depresión, frustración, baja autoestima, problemas de identidad o el riesgo de comenzar a generar contenidos más comprometidos (físicos, sexuales o de exposición social) se suceden así cuando el resultado de nuestras publicaciones no es el esperado. Por este motivo, Instagram y Facebook han abanderado una campaña de ocultación de likes con una doble intención, según explica Ferrán Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universidad Oberta de Catalunya en la publicación Sé feliz en vacaciones: oculta tus 'likes', ya que puede suponer una medida positiva para la empresa en términos reputacionales ya que "pueden ponerse la medalla de combatir la 'tiranía del me gusta' y sus nefastos efectos".

Likes, 'me gusta' y salud mental

Pensar que el proceso por el que estas dos redes sociales, las únicas hasta la fecha que permiten ocultar likes o 'me gusta', sean del todo desinteresadas no es del todo cierto, o al menos eso es lo que no compra el profesor Lalueza, ya que la justificación estaría en la interacción del usuario, el cual puede perder el interés en participar en estas redes sociales si comprueba que su repercusión en ellas es muy baja.

Es evidentemente que la mayoría de usuarios de las redes sociales no tienen millones de seguidores ni acumulan miles de 'me gusta', lo cual puede resultar frustrante. "Un usuario desmotivado por la no consecución de tantos 'me gusta' puede convertirse fácilmente en un usuario pasivo, que es lo último que los gestores de estas plataformas quieren", advierte Lalueza.

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Comprobar cuánto tardamos en reaccionar a los likes o si necesitamos ver a menudo si ha subido el contador es una forma de comprobar cómo de 'enganchados' estamos. ©Unsplash.

"Ocultando los 'me gusta', las redes combaten la desmotivación que convierte al usuario en un mero espectador del que no se pueden extraer los valiosos datos que las redes sociales atesoran y comercializan", aclara.

Altruista o interesada, la supresión del contador de likes, la realidad es que vivir pendientes de la aprobación sistemática de las redes sociales puede tener consecuencias directas en la salud mental. Más aún en adolescentes y jóvenes, miembros de la Generación Z (los nacidos a finales de los años noventa y principios del milenio) de los cuales un 75% pasan más de dos horas al día en diversas redes sociales (WhatsApp, Facebook, Instagram, TikTok o YouTube), según explican en el estudio Redes sociales y la adicción al like de la generación Z.

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Los miembros de la Generación Z son más susceptibles a este tipo de comportamientos al ser nativos digitales. ©Unsplash.

Necesidad de aceptación, sensación de pertenencia al grupo o simplemente 'estar a la moda' se suceden así como causas por las que la publicación en redes aumenta, particularmente en verano, siendo una época propicia para desactivarlos. De ello habla Enric Soler, tutor del Grado de Psicología de la UOC, que refrenda la desactivación de likes, ya que "indica que utiliza las redes sociales para otras finalidades que no son la de la búsqueda de refuerzos positivos que apuntalen su autoestima".

"Esa necesidad de proyectar una imagen y un estilo de vida que es el que se espera de nosotros, puede distorsionar, y mucho, nuestra propia vida", advierte Soler, lo cual puede llegar a cotas superiores, ya que "podemos llegar a conformarnos con la fantasía de estar viviendo una vida que no es la propia, lo que implica una distorsión cognitiva grave", señala el tutor de Psicología de la UOC.

Se genera así una vida prestada a través de las distintas redes en las cuales proyectamos lo que quisiéramos ser o la forma en la que querríamos vivir, creando una burbuja de irrealidad que puede ser responsable de diversas frustraciones. Un problema que no es exclusivo de la generación Z, ni de la juventud, aunque sí es más apremiante por el hecho de estar más conectados, ya que su ocio está fuertemente vinculado a estas aplicaciones.

Depresión, baja autoestima y ansiedad en una adicción digital

La adolescencia y la juventud forma parte de ese nicho de edad especialmente expuesto, que topa así con diferencias respecto a generaciones anteriores. Por un lado, los progenitores no saben cómo atajar un problema al que no se enfrentaron en su juventud, no sirviendo su experiencia en este caso. Por el otro, la proliferación de teléfonos móviles y smartphones entre los jóvenes como síntoma de independencia, impide que los padres puedan ejercer cierto nivel de control.

Encontramos así que la dictadura del like, como explican desde Love Orange para un correcto uso de la tecnología, puede implicar daños en la autoestima del adolescente, que considera que los 'me gusta' son la principal forma de valoración y reconocimiento. Un número insuficiente de estos puede conllevar frustración y sentimiento de inferioridad, amén de aumentar esa ansiedad por no alcanzar el número deseado de 'me gusta', que expone así a los usuarios a la creación de contenidos irreales, en ocasiones perniciosos, para buscar la aprobación del resto de la comunidad.

Quizás algo parecido a lo que pueda ocurrir en la vida real, disfrazando bajo otra imagen lo que pretendemos ser, pero con la diferencia de que en cualquier red social no siempre conocemos a quién nos sigue y desconocemos qué grado de importancia tenemos para ellos.

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Buscar aprobación externa a través de las redes sociales es una de las claves de la dictadura del like. ©Unsplash.

Del mismo modo, la no pertenencia al grupo por esa falta de reconocimiento puede desembocar en problemas de identidad, explicando desde Love Orange que "buscar el mayor número de ellos obliga a los adolescentes a estudiar cada publicación e impostar en redes una imagen que dista de la realidad". Así podemos encontrar rasgos de una personalidad falsa, incluso cambiando gustos personales, musicales o ideológicos para buscar la aprobación de los demás.

De ello habla Enric Soler, advirtiendo que "la disconformidad entre nuestra propia imagen y estilo de vida y el ideal de ambos "puede llevarnos a sufrir una depresión clínica, al no aceptarnos tal como somos, y a adicciones de todo tipo cuya función sería la de desconectar de nuestra realidad, o incluso a una patología dual", afirma el profesor de la UOC.

Para ello, deja una pista para comprobar si nuestro comportamiento digital es adictivo. "Cuanto menos tiempo se dé entre la conducta (subir una fotografía) y la satisfacción (recibir el refuerzo positivo en forma de estos corazoncitos), más adictiva es la estructura de conducta-respuesta", indica.

"Estamos hablando de una estructura psicológica, un patrón, mediante el cual el usuario sostiene su frágil autoestima, y que además cumple con las características de una adicción", matiza y recuerda que "las adicciones acostumbran a ser síntomas de un problema, autoestima baja en este caso, hasta convertirse en problema en sí mismas", aclara Enric Soler.

Para ello, aconseja desactivar los likes "como oportunidad para comprobar si estamos enganchados a ellos o no". En tal caso, "si lo estamos, recomiendo pedir ayuda urgentemente a un profesional cualificado, antes de que las consecuencias sean más graves".

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La adicción a las redes sociales puede implicar problemas de autoestima, de depresión y de ansiedad. ©Unsplash.

En ese capítulo de soluciones, otra forma de comprobar cómo de 'enganchados' estamos a los 'me gusta' es analizar nuestra reacción a las publicaciones. Pensar en estas reacciones antes, durante y después de la publicación; borrar posts que no tengan bastantes 'me gusta', preguntar a otras personas si les gusta nuestra publicación o utilizar aplicaciones para chequear si los recibimos son una forma de comprobar que tenemos un problema con las redes sociales.

De ese mismo modo, otra buena forma de reducir nuestra dependencia a los 'me gusta', es no realizar scroll de otras personas y no fijarnos en el número de recibidos, prestando solo atención a la publicación y no a la aprobación recibida. "Mirar imágenes de otras personas y ver que están siendo recompensadas con muchos likes puede causar ansiedad, provocar cambios de ánimo y generar baja autoestima", explicaba la profesora Sophia Choukas-Bradley, de la Universidad de Pittsburgh, a The Washington Post.

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