La depresión postvacacional es un término que se refiere al malestar emocional y físico que algunas personas experimentan al regresar a sus rutinas diarias, especialmente al trabajo o a la escuela, después de un período de vacaciones. La depresión postvacacional tiene que ver con una sensación de desánimo o falta de energía, cansancio, incluso tristeza, después de volver de un período de vacaciones o de descanso.
Este fenómeno suele durar solo unos días o semanas mientras la persona se readapta a su rutina habitual. Para mitigar estos síntomas, se recomienda realizar una transición suave al trabajo o los estudios, mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional, y practicar actividades que promuevan el bienestar emocional.
¿Qué hay detrás de ese fenómeno al que llamamos depresión postvacacional? “El cambio de rutina es lo más significativo. Hemos cambiado un ambiente estresante por uno placentero y, de pronto, volvemos a la rutina, y normalmente lo hacemos por un largo período”, nos explica Salvador Molina Cabezas, presidente de COFENAT (Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales) Murcia.
Entre otras razones, podemos observar el hecho de que, al volver, sabemos que nos espera una situación de alto estrés, con tareas por realizar, tanto laborales como cotidianas. “Por otro lado, en ocasiones, no hemos obtenido de nuestro período vacacional todo el descanso deseado (mucha actividad y poco relax, o bien, complicaciones durante el período, que se supone, debería haber sido de bienestar)”, añade Molina Cabezas sobre la depresión postvacacional.
Síntomas de la depresión postvacacional
Este malestar no es un trastorno clínico en sí mismo, sino más bien un conjunto de síntomas temporales que pueden incluir:
- Tristeza: Sentirse decaído o con un bajo estado de ánimo.
- Falta de motivación: Dificultad para volver a concentrarse y rendir como antes de las vacaciones.
- Ansiedad: Preocupación por las responsabilidades y el ritmo acelerado de la vida cotidiana.
- Fatiga: Sentirse cansado o sin energía, incluso después de haber descansado durante las vacaciones.
- Irritabilidad: Reacciones más intensas o negativas a situaciones que antes no causaban malestar.
- Problemas de sueño: Dificultad para conciliar el sueño o despertarse a tiempo para cumplir con las obligaciones.
Adiós a la depresión postvacacional
¿Qué podemos hacer para minimizar los efectos de la depresión postvacacional? El experto nos da las claves:
-Planifica la vuelta. Procura hacerlo de manera relajada y algún tiempo antes de la incorporación a las actividades cotidianas. Una buena ordenación vital puede ayudar a que estemos más relajados y se nos haga más fácil retomar aquello que dejamos. Incluye actividades lúdicas en tu jornada semanal, de modo que, el final de las vacaciones no sea el final de tu ocio y descanso.
-Además, incluye el ejercicio físico entre tus actividades cotidianas. No hace falta complicarse, todo lo contrario, el simplemente caminar durante una hora diaria, 3 o 4 veces por semana, aumentando de ese modo tu actividad física, será suficiente para reparar las secuelas de la depresión postvacacional.
-Cuida la nutrición y añade la fitoterapia entre tus herramientas. “La Medicina China considera que el gran ordenador del ritmo y el movimiento es el hígado, has pensado en incluir plantas como el diente de león, el cardo mariano, la alcachofa, el rábano negro, el boldo, entre los productos que deberías tomar".
Añade que "existe, en este sentido, en el mercado una gran variedad de presentaciones de estos productos que te pueden ayudar. La ingesta dependerá de la presentación. Lo ideal es hablar con un profesional naturópata sobre cuándo convendría cada uno de ellos”, nos aconseja el experto.
Para cuando el cansancio es el síntoma principal, “se debe revisar la digestión y, en especial, las evacuaciones. Es normal que, en las vacaciones, variemos de alimentación y de horarios de comida. Si esto es así, tomar enzimas digestivas o fermentos lácticos, podría mejorar la sintomatología. También, en ocasiones, se puede añadir algún adaptógeno para mejorar la situación. En este caso, el guaraná, el ginseng, eleuterococo, rhodiola, ashwagandha, etc, pueden ser muy útiles”, añade Molina Cabezas.
En esencia, la depresión postvacacional no debería durar más de unos pocos días. Con las ayudas disponibles, tenemos a nuestro alcance recursos poderosos que, de modo natural, pueden devolvernos ese estado natural que exhibimos naturalmente. De ese modo, estaremos en condiciones de preparar nuestro próximo período lúdico que son las vacaciones.
Meditación contra el estrés
El estrés es algo que vuelve cuando regresamos a la rutina laboral o de estudios. “El estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones desafiantes, pero cuando se vuelve crónico puede afectar a nuestra salud física y mental. Afortunadamente, existen diversas formas naturales de controlar el estrés y mejorar nuestro bienestar general”, nos dice Molina Cabezas.
Una de las formas más efectivas de controlar el estrés de manera natural es “a través de la práctica de la meditación y la atención plena. Estas técnicas nos ayudan a estar presentes en el momento actual, a reducir la ansiedad, ya que ésta tiene que ver con la preocupación por cosas que todavía no han sucedido, situaciones futuras que, casi nunca se producen pero que, aumentan nuestras hormonas del estrés y sobrecargan nuestros sistemas. De esta manera, estas técnicas nos ayudan a mejorar nuestra capacidad para lidiar con situaciones estresantes”.
La meditación puede realizarse de muchas formas, “ya sea a través de la respiración consciente, la visualización o la meditación guiada. Un ejercicio muy sencillo que suelo recomendar es el respiratorio, consistente en prolongar la espiración más tiempo que la inspiración, activando de este modo el sistema nervioso parasimpático, que nos inducirá a la relajación”.
Otra forma natural de controlar el estrés es a través del ejercicio regular. “La actividad física libera endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad", que nos ayudan a reducir la sensación de estrés y mejorar nuestro estado de ánimo. Ya sea caminar, correr, practicar yoga o cualquier otra actividad que disfrutes, el ejercicio regular puede ser una poderosa herramienta para combatir el estrés. En estos casos hay que recordar que el ejercicio debe ser el adecuado para cada persona”, concluye.