En una pareja conviene establecer límites saludables que nos ayuden a tener seguridad, sentirnos respetados y serenos y mantener una historia personal saludable y libre. Los límites son necesidades o expectativas que nos dan herramientas para sentirnos más cómodos en una relación de pareja. Consiste en saber decir 'no' cuando no nos apetece hacer algo o en decir ‘sí’ cuando realmente queremos y esto se podría aplicar también a una relación de amistad, laboral o familiar.
Cada relación de pareja es diferente y depende de la educación, las experiencias personales previas, los valores o la manera de ver las relaciones que se establezcan unos u otros límites. En algunas parejas la infidelidad no es vista como un motivo de ruptura, mientras que en otras es algo que no se consiente de ninguna manera, por ejemplo. Pero poner ciertos límites harán que el otro entienda cómo estás tú para él o ella y viceversa y siempre debemos dejar claro ciertas conductas del otro que no estamos dispuestos a soportar para conservar nuestra dignidad y nuestra autoestima.
La importancia de poner límites en una relación de pareja reside en varios pilares. Por un lado, se trata de proteger el bienestar emocional, ya que al poner límites se pone en práctica el autocuidado y se evita que la otra persona nos pueda dañar a nivel emocional. Además, es una cuestión de respeto mutuo y una manera de manifestarlo, ya que se cuidan las necesidades del otro y se practica así la responsabilidad afectiva y se mantiene un equilibrio en el que no hay un miembro que lleve el control sino que todo se hace de manera consensuada y respetando las opiniones del otro.
También debemos saber que con los límites estamos construyendo las bases de la relación y así no habrá confusiones o falsas expectativas sobre el futuro de la pareja. Es importante también que de esta manera se evitará la dependencia emocional, ya que no dependemos del otro sino que todo será respetuoso y libre. Habrá comunicación y los acuerdos a los que se llegue serán siempre beneficiosos para los dos. En algunos casos, algunas parejas piensan que los límites no son necesarios o que pueden afectar negativamente al desarrollo de la historia amorosa, pero como decimos la calidad del vínculo depende de cada pareja.
Tipos de límites en la pareja
Los límites en una pareja deben ser justos, igualitarios y que aseguren el respeto y la libertad de las dos personas, como explica Walter Riso en su libro 'Los Limites Del Amor'. Requieren una ‘negociación’ en muchos casos siempre desde la honestidad y la comunicación plena. Existen dos tipos de límites:
- Límites físicos. Quizá son los más fáciles de ver en un primer momento. Hacen referencia a sentirnos cómodos con la relación que tenemos nosotros y el otro con nuestro cuerpo. Hablamos de privacidad, de tener espacio personal y de, por supuesto, el contacto físico a todos los niveles con el otro miembro de la pareja por ejemplo a la hora de mantener relaciones íntimas, que siempre deberán ser consentidas por ambas partes.
- Límites psicológicos y emocionales. Aquí entra en juego lo que tú piensas y sientes y lo que siente el otro. Es bueno compartir si hay algo que nos hace sentir incómodos y tener la libertad de poder expresar lo que sentimos siempre sin dañar a la otra persona y viceversa.
- Podemos ver también que hay límites sanos y otros menos saludables para la pareja. En los primeros se busca el bienestar físico y emocional de las dos partes, mientras que en los segundos hablaríamos de límites que pueden coartar al otro, como un excesivo control, faltas de respeto o una dependencia emocional por una o las dos partes.
Límites saludables para una pareja feliz
- Honestidad y confianza. Los celos nunca son buenos compañeros de viaje en una relación de pareja. Tener confianza en el otro significa dejarle ser libre y respetar sus espacios. Se pueden hacer cosas juntos y otras por separado y siempre desde la honestidad y la confianza en la otra persona. La lealtad es sentirte parte del ‘equipo’ que formas con tu pareja, de buscar siempre el bienestar del otro.
- Apoyo al otro sin controlarlo. Acompañar a la otra persona en todo lo que haga, en sus deseos, sus ansias y sus preocupaciones, pero siempre dejándole espacio y tiempo sin agobiar ni controlar ni tomar el control de sus decisiones. Hacerle saber que estás ahí para cuando lo necesite.
- Dejar espacio. Relacionado con el anterior límite, dejar un espacio personal a tu pareja es clave para una relación feliz y sana. La independencia es fundamental, hacer cosas por separado y estar juntos cuando a los dos os apetezca. No hace falta hacer todo juntos, es bueno quedar con otras personas y hasta tener intereses o hobbies por separado sin celos. Eso sí, siempre es bueno compartir aficiones, momentos y situaciones en la que poder charlar, divertiros juntos y tener vuestros ratos de intimidad.
- Escuchar sin entrometerse. La comunicación siempre aparece cuando hablamos de relaciones sentimentales y en el caso de los límites es esencial que habléis y os contéis lo que os preocupa, os gusta u os hace sentir incómodos. Escuchar al otro, entenderle sin juzgar y no tratar de imponer nuestro pensamiento es un punto muy importante.
Cómo establecer los límites
Lo primero es conocernos a nosotros mismos y saber qué es lo que queremos de la relación. Debemos identificar lo que nos gusta y lo que no nos gusta, qué necesitamos a nivel físico y emocional, qué estamos dispuestos a permitir y qué no pasaríamos por alto nunca. Hacer que el otro respete nuestros límites es también una forma de que nos respete a nosotros y de valorarnos a nosotros mismos. Eso es un gran trabajo de la autoestima y el amor propio.
Como decíamos, la comunicación es clave también para comunicar a nuestra pareja cuáles son los límites, los deseos y las expectativas que tenemos para que la relación funcione, sea sana y duradera. Y como hemos hablado de respeto, es importante que respetemos los límites y deseos de la otra persona, que sintamos empatía y que si tenemos alguna duda se lo hagamos saber para poder hablarlo y llegar a un punto de entendimiento.
