La menopausia no tiene que ser el final de las relaciones sexuales. En esta etapa de la vida, las mujeres tienen la oportunidad de no sólo mantener su salud sexual, sino también de mejorarla. La menopausia conlleva una serie de cambios hormonales que pueden afectar al deseo y al placer sexual.
Entre otros, estos síntomas aparecen debido a la disminución de los niveles de estrógeno, que pueden derivar en sequedad vaginal, lo que hace que las relaciones sexuales sean incómodas o dolorosas; los sofocos y sudores, que pueden interferir en la energía e interés en el sexo; y la fatiga y los problemas para dormir, que puede derivar en falta de deseo sexual.
El sexo es una fuente de placer, autoestima y bienestar y si al llegar a la menopausia surgen algunos inconvenientes para mantener relaciones sexuales placenteras, lo mejor es acudir a tu ginecólogo y que te aconseje cómo mejorar algunos problemas como la falta de tono, de lubricación o la sequedad.
Asimismo, durante esta etapa, las mujeres pueden experimentar cambios en el estado de ánimo que pueden influir en su deseo sexual. De hecho, algunas mujeres experimentan también cambios en su imagen corporal, lo que puede afectar de manera directa en su autoestima y, en consecuencia, en su vida sexual.
“La menopausia puede ser un período desafiante para muchas mujeres, pero también es una oportunidad para redescubrir y mejorar la vida sexual. Superar los tabúes y comprender los cambios físicos y emocionales es fundamental para lograr un sexo pleno y sano en esta etapa”, apunta Esperanza Gil, sexóloga clínica y encargada de Amantis Russafa.
Así, según la experta, la menopausia y sexualidad están estrechamente relacionadas. Mantener una buena salud sexual durante la menopausia puede aportar beneficios significativos para las mujeres.
Mejorar las relaciones con la menopausia
-Lubricación. La sequedad vaginal es común durante la menopausia, lo que deriva en que algunas mujeres reduzcan el número de relaciones sexuales como consecuencia de las molestias ocasionadas. En este sentido, la experta recomienda el uso de lubricantes, el acompañante perfecto para momentos de placer con juguetes, a solas o en compañía.
Además, existen diversos tratamientos innovadores que favorecen la reparación y la regeneración de los tejidos y pueden ayudar a mejorar el tono muscular, la sensibilidad, el aspecto y la funcionalidad de la zona genital.
-Exploración y autoconocimiento. La menopausia es una oportunidad para explorar nuevas formas de placer y autoconocimiento. De acuerdo con Gil, la sexualidad no termina a una edad determinada, sino que se puede seguir explorando a lo largo de toda la vida.
-Fortalecimiento del suelo pélvico. Es habitual que muchas mujeres tengan pérdidas de orina y dificultades para llegar al orgasmo debido a un debilitamiento de la musculatura íntima. Por ello, Esperanza Gil recomienda hacerse “una ITV’ en un centro de fisioterapia especializada en suelo pélvico, así como el uso de vibradores como una alternativa a las bolas chinas, ya que no son recomendables para todos los casos”.
-Sentirse sexy. La lencería no tiene edad. Ya sea con 20, 40 ó 70 años, este tipo de complementos ayudan a potenciar la autoestima. Además, la experta de Amantis recuerda que la lencería no es algo que debamos reservar únicamente a las parejas sexuales, sino que usarla a solas, durante la masturbación, también ayuda a aumentar la excitación y sentirnos mejor con nosotras mismas.
-Comunicación en pareja. Abrirse a conversaciones sobre las necesidades y deseos sexuales es clave para una vida sexual plena durante la menopausia. El uso de juguetes sexuales es perfecto para hablar sobre deseos y fantasías, manteniendo activa la chispa de la relación.
Cuidarse en la menopausia
Esto es clave también. Cuidar la dieta y hacer ejercicio físico es fundamental también para contrarrestar los efectos de la menopausia. En esta etapa pueden subir la tensión y también los niveles de colesterol y se acentúa la pérdida de masa ósea y muscular. Por ello es importante seguir una alimentación saludable y evitar el consumo de alimentos ricos en sal, procesados o embutidos, así como el alcohol y el tabaco. Es importante además no automedicarse y seguir siempre las indicaciones de nuestro ginecólogo al respecto.
Según nos explican desde Clínica Menorca, para evitar la osteoporosis, es clave garantizar el aporte adecuado de calcio y vitamina D. “Lo ideal sería garantizar ese aporte desde la pubertad y así hacer una buena prevención. Además, ahora las necesidades de calcio y vitamina D aumentan. La principal fuente natural de calcio en España ha sido tradicionalmente los lácteos, pero es importante señalar otras fuentes igualmente válidas y de utilidad para aquellas personas que no quieran o no puedan tomar lácteos”.
Encontramos gran cantidad de calcio en muchas verduras (acelgas, espinacas, cardo, grelos, apio, perejil, brócoli, repollo, berros, escarola, puerros e incluso conserva de tomate triturado), frutos secos (sobre todo almendras), frutas secas, legumbres, moluscos y pescados pequeños con sus espinas (sardinas en conserva), pero incluso la yema de huevo, las aceitunas, el cacao o el sésamo son también muy buenas fuentes de calcio.
Respecto a la vitamina D, “por desgracia hoy en día muchas mujeres tienen niveles deficitarios de esta vitamina y por este motivo, aunque tienen buen nivel de calcio, éste no puede ser aprovechado por el hueso. Para mejorar los niveles de vitamina D, necesaria para que el cuerpo absorba el calcio, hay que proponer equilibrio en la ingesta de grasas –no suprimirlas todas, sino tomar las grasas necesarias en cantidad moderada– y equilibrio en la exposición al sol, tomándolo habitualmente pero con moderación”.
Andar un poco todos los días al aire libre es la mejor actividad física para prevenir la osteoporosis porque, a la vez que aumentamos los niveles de vitamina D activa, también ponemos a trabajar a los huesos que deben aguantar el peso corporal.
Los expertos añaden además que “las grasas monoinsaturadas (aceite de oliva virgen extra, aceitunas o aguacate) son cardiosaludables. Eso sí, tienen las mismas calorías que las grasas malas, así que deben estar presentes en la alimentación diaria, pero en cantidad moderada. Las grasas saturadas, las de origen animal terrestre, no hay que eliminarlas del todo porque también son necesarias, pero hay que tomar cantidades mucho menores de las habituales”.
Pueseso
¡Por favor! Estamos en el siglo XXI. Tengo casi 75 años y mi mujer casi 72. ¿De verdad piensan que nos pueden enseñar algo con este artículo? ¿Aún hay parejas (salvo excepciones limitadas por conceptos religiosos absolutamente respetables) que se «jubila» del sexo en una época de la vida en la que precisamente se puede disfrutar más y mejor? Un matrimonio jubilado, sin nadie en la casa que interfiera, con AMOR y entrega absoluta… ¿qué mejor cosa puede hacer que compartirse mutuamente?