Banco Santander, presente en gran parte de Europa y América, ha conseguido vencer al virus de una manera ejemplar. La entidad supo reaccionar rápido en el plano sanitario y ahora está haciendo lo mismo, poniendo el énfasis en la recuperación económica.
Es necesario que todos los Gobiernos, entidades, empresas y la sociedad se pongan a trabajar unidos para impulsar la remontada de la economía, que se ha visto enormemente dañada por las consecuencias derivadas de la Covid-19. Ahora, es fundamental poner el foco en los sectores productivos que se han visto más afectados y que son claves para el crecimiento de los países. En el caso de España hablamos del turismo, la hostelería y la automoción. Tres áreas empresariales que requieren de una clara remontada. Una tarea en la que ya está inmerso Banco Santander.
Desde el comienzo de la crisis sanitaria, la entidad ha estado apoyando a los colectivos más afectados. El banco, comprometido con la sociedad, es consciente de que para poder ayudar al resto primero había que empezar por proteger a sus propios empleados, clientes, accionistas y comunidades en las que opera.
La compañía puso en marcha rápidamente planes de contingencia en las geografías en las que está presente con el objetivo de contribuir al bienestar de todos. Y lo hizo paralelamente al devenir de los acontecimientos, respondiendo a las necesidades más urgentes de cada momento. Un claro ejemplo de éxito en tres actos.
Primer acto: Dique contra el virus y transformación digital
En marzo, tras decretarse el estado de alarma en España, Banco Santander comenzó a trabajar en un plan para poder operar de manera más efectiva sin poner en riesgo la salud de sus empleados y clientes. La primera medida tomada fue la de instaurar el teletrabajo de más de 120.000 personas del Grupo.
Las herramientas para compartir archivos, hacer video-llamadas y conectarse de forma segura desde casa, permitieron que los empleados del Grupo continuasen con su actividad. Con el objetivo de proteger la salud de aquellos que tienen trato directo con los clientes en las oficinas Santander, se adaptó la red a las nuevas circunstancias, estableciendo horarios de atención especiales, cierres selectivos, turnos y medidas de protección adicionales (como el uso de guantes, geles hidroalcohólicos, instalación de separadores plásticos, etc.).
Y es que la atención a los clientes por parte de la entidad no cesó en ningún momento, aunque gran parte tuvo lugar a través de canales digitales (App, web y call center) que fueron reforzados durante la crisis. En las oficinas centrales se incrementaron las medidas de distanciamiento social, se habilitaron ubicaciones alternativas, se segregaron equipos y se reforzó la limpieza.
Paralelamente a este plan de salvavidas, el banco comenzó a operar con el otro balón de oxígeno: las líneas de crédito ICO. Banco Santander fue la primera entidad en dar el paso de lanzar préstamos preconcedidos, por un importe de miles de millones de euros, para pymes y autónomos para mitigar el impacto de la pandemia en sus negocios. A día de hoy es el banco que más créditos de este tipo ha dado.
Desde el inicio de la pandemia, Santander ha sido muy activo para ofrecer soluciones a medida de las necesidades de sus clientes, ya sean particulares o empresas. Una de las prioridades es proporcionar liquidez a sus clientes, que en muchos casos están viendo sus ingresos mermados por la pandemia.
Segundo acto: Solidaridad y apoyo a la investigación
El banco puso en marcha en abril un programa solidario bajo el lema “Santander All. Together. Now”. Entre las decenas de iniciativas que la entidad ha creado destaca el Fondo Solidario Juntos, financiado con el 50% de la retribución de la presidenta Ana Botín y del consejero delegado José Antonio Álvarez, el 20% de la retribución de los consejeros no ejecutivos y la aportación de empleados y cualquier persona que así lo desease.
El fondo, que a día de hoy alcanza los 54 millones, se ha destinado a la compra del material sanitario más urgente, como respiradores, mascarillas y otros equipos médicos, y a la investigación en colaboración con universidades y otras instituciones públicas y privadas en distintos países.
“Queremos ser parte de la solución de esta emergencia sanitaria y económica sin precedentes. Nuestra prioridad es la salud de nuestros empleados, a la vez que damos continuidad al negocio y apoyo financiero a los clientes. También estamos haciendo todo lo posible para ayudar a los hospitales, al personal sanitario y a las distintas organizaciones y fundaciones que están trabajando para luchar contra el coronavirus. Hemos puesto a disposición de las autoridades sanitarias nuestra red internacional y nuestra capacidad global de compra para ayudar a gestionar las relaciones con los proveedores y distribuidores, de modo que el equipamiento y los suministros necesarios lleguen a las personas y a los lugares donde más los necesitan”, dijo la presidenta de Banco Santander, Ana Botín.
Una vez puestos los cimientos y los diques de contención contra el virus, el banco comenzó a trabajar también apoyando a universidades y proyectos que buscan paliar los efectos negativos causados por la Covid-19.
Durante estos meses, Banco Santander ha movilizado cerca de 20 millones de euros de su mecenazgo en educación a través de Santander Universidades, para apoyar proyectos de colaboración, liderados por las universidades y el CSIC, que hagan frente a los desafíos sanitarios y educativos surgidos por la crisis del coronavirus.
Están siendo objeto de esta iniciativa, por citar algunos ejemplos, los proyectos colaborativos de investigación en desarrollo de vacunas, fármacos o nuevas técnicas diagnósticas; el apoyo a estudiantes más desfavorecidos para que puedan continuar el curso académico; o los estudios de escenarios de salida a esta crisis.
A la vez, y fruto del apoyo al talento emprendedor que desempeña el Santander desde hace años, decenas de jóvenes emprendedores formados en el programa Explorer han paralizado sus proyectos personales o los han transformado para buscar soluciones urgentes que ayudas en a hacer frente a las necesidades que iban surgiendo conforme avanzaba la crisis. Las iniciativas que han desarrollado en tiempo récord, van desde una plataforma para conectar a centros sanitarios con makers que fabrican material médico, a una herramienta para comprar cupones que ayuda a los pequeños comercios a sobrevivir, pasando por una experiencia de realidad virtual para explicar a los más pequeños en qué consiste esta enfermedad.
Muchas de las acciones relacionadas con el apoyo a la investigación por parte de Banco Santander han estado enmarcadas dentro del Fondo Solidario JUNTOS, que dotado a día de hoy con 54 millones de euros, forma parte de los 100 millones movilizados en total en todo el mundo para contribuir en la lucha contra la pandemia y sus efectos. La entidad ha destinado fondos a diferentes investigaciones enfocadas a la lucha contra la pandemia, como Kids Corona, del hospital infantil Sant Joan de Déu; una investigación de la Fundación Galega de Medicina Xenomica; o un proyecto de investigación puesto en marcha por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, CNIC, entre otro muchos.
Tercer acto: La remontada
Superada la peor parte de la crisis sanitaria, y con todo el país inmerso en lo que se ha llamado la 'nueva normalidad', Banco Santander está contribuyendo, de una manera muy activa, a la remontada de la economía apoyando a aquellos sectores que más afectados se han visto por la paralización de las actividades, como el turismo o la hostelería.
En este sentido, con el objetivo de ayudar a que estos negocios puedan hacer frente a problemas como la falta de caja, las pérdidas tras varios meses sin facturar o la toma de decisiones sobre cuándo y cómo abrir sus locales, la entidad ha reforzado su apuesta por el sector Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), con una oferta de productos y servicios especialmente diseñada para ellos y con un equipo de gestores especialistas en este segmento.