Llega el otoño y, aunque lo lamentemos, alcanzamos la nueva estación con nuestro cabello en no muy buenas condiciones. La época estival ha hecho mella en nuestro pelo y sus excesos seguramente nos han pasado factura, estando más quebradizo que en otros meses del año.
Además, muchas personas se asustan ante una característica caída de pelo más abundante estos meses que en otras temporadas del año.
¿Hasta qué punto todo esto es normal y cómo podemos recuperar nuestro pelo? “El agua salada del mar, el cloro de la piscina, así como la exposición solar de estos meses de verano han debilitado seriamente nuestro cabello”, advierte la Dra. Andrea Huerta-Vena, dermatóloga del Hospital Ruber Internacional y Clínica Dermatológica Internacional.
Y es que no hay que olvidar, tal y como afirma esta especialista, que con la bajada de las temperaturas del otoño nuestro pelo se seca y debilita más de lo que ya lo teníamos al final del verano, favoreciendo asimismo su encrespamiento en muchos casos, pero también su rotura. “Si el pelo está dañado, el aumento de la humedad en otoño puede hacer que el cabello se hinche, absorba más agua de lo que acostumbra y se vuelva más difícil de controlar y encrespado”, remarca esta experta.
En otoño se nos cae más el pelo
En otoño cae más el pelo debido a la sincronización que sufren los folículos pilosos en el mes de julio. Por factores ambientales, como la subida de las temperaturas, más folículos entran en fase de telogen, la fase de reposo que condiciona la posterior caída de pelo o teloptisis. Esto ocurre tres meses después, y por ello se acentúa en el otoño.
Pero también habla del estrés la Dra. Huerta-Vena, indicando que, con la vuelta al colegio, a las rutinas y al trabajo, el otoño se convierte en una época estresante para muchas personas.
Esta caída estacional hay que diferenciarla de otras condiciones o enfermedades como, por ejemplo, la alopecia androgénica.
En otoño cae más el pelo debido a la sincronización que sufren los folículos pilosos en el mes de julio
¿Cuándo preocuparse, entonces? Esta especialista en medicina capilar sostiene que, aunque es reversible y algo temporal, se debe consultar con un experto en el caso de que se detecte una pérdida de densidad, que la caída sea más acusada que años anteriores o bien si esa pérdida de cabello persiste a lo largo de los meses.
Es habitual tener el cabello más encrespado y frágil con la vuelta a la rutina.
Consejos para cuidar nuestro cabello en otoño
Por eso, la especialista del Hospital Ruber Internacional y Clínica Dermatológica Internacional reconoce que el otoño es una de las mejores estaciones del año para acudir al dermatólogo, no solo para que revise nuestro cabello, sino también el estado de nuestra piel tras los excesos del verano.
En este contexto, aporta los siguientes consejos para afrontar en las mejores condiciones el otoño:
- Protege el pelo del viento y del frío.
- Corta la melena: sanear las puntas no hará que el pelo crezca más, esto es un mito, pero sí que hará que se enrede menos y que no se rompa tanto.
- Evita frotar el pelo con la toalla después de lavarlo: debes secarlo con una toalla de microfibras o con toques para evitar el encrespamiento.
- Hidrata y nutre tu cabello con el empleo de acondicionadores cada vez que te laves el pelo, y usa mascarilla al menos una vez a la semana.
- Para pelos muy dañados, es interesante “el lavado inverso”: consiste en aplicar la mascarilla antes de lavar el pelo. Se aplica en seco, se deja actuar unos minutos, y después se lava el pelo aplicando el champú solo en el cuero cabelludo. Por último, se aplica un acondicionador para sellar la cutícula.
- Emplea serums antiencrespamiento o aceites como el de argán o de coco para hidratar el cabello: estos productos crean una película protectora alrededor de las hebras.
- Sécate el pelo siempre y que no quede nada de humedad: esto puede favorecer condiciones de irritación y dermatitis seborreica.
- Mantén un estilo de vida sano: realiza deporte y dietas ricas en antioxidantes, así como un buen descanso nocturno y una adecuada gestión del estrés.