Andalucía es un lugar mágico, lleno de rincones que explorar y en los que perderse sin prisa. Y también es un lugar para disfrutar de la mejor oferta gastronómica. Sus ocho provincias ofrecen una amplísima variedad de paltos refrescantes, llenos de sabor y elaborados con productos naturales que entroncan con la identidad de esta tierra de sol, mar y misterio. Estos son algunos de los tesoros de la gastronomía andaluza de los que disfrutar en verano.
Gazpacho y salmorejo
Si la bandera andaluza no fuera verde y blanca, probablemente adoptaría las tonalidades entre rojo y anaranjado de dos sopas frías que son auténticas embajadoras de la gastronomía local: el gazpacho y el salmorejo.
Basta probar un sorbo de gazpacho para que su frescor e intenso sabor trasladen inmediatamente al comensal al sur de la península Ibérica. Tanto servida en plato como directamente bebido del vaso, esta especialidad, confeccionada a base de tomate, pepino, pimiento, cebolla, ajo y aceite de oliva, es el complemento perfecto para un día caluroso.
De textura un poco más espesa –tiene más de crema que de sopa– que el gazpacho, pero igual de refrescante, el salmorejo es otro clásico de la cocina andaluza. Pan -que le brinda esa textura menos líquida–, ajo, aceite de oliva y vinagre configuran una receta sencilla pero vibrante y con mucho estilo. Se suele servir con guarnición de huevo duro y jamón serrano picado, lo que le da un toque extra de sabor y textura.
‘Pescaito’ frito
Otro plato imprescindible que gana enteros en verano, inundando terrazas y chiringuitos de toda la Comunidad Autónoma es famosísimo ‘pescaito frito’. Chocos, acedías, calamares, boquerones y otros pescados pequeños cocinados sin gran ciencia ni secreto: rebozado de harina y huevo, un poquito de sal, aceite virgen extra bien caliente, se introduce unos segundos en la sartén y a la mesa. ¿La clave? Lograr que una textura crujiente por fuera y jugosa por dentro. Sin duda, el acompañamiento perfecto para una cerveza fría en una terraza con vistas al mar.
Las ocho provincias andaluzas ofrecen una amplísima variedad de paltos refrescantes, llenos de sabor y elaborados con productos naturales
Espetos
Cuando hablamos de gastronomía andaluza en verano, no podemos pasar por alto los espetos de sardinas. Esta técnica consiste en ensartar las sardinas frescas en una caña y asarlas a la parrilla sobre brasas de leña. El resultado es un pescado jugoso y lleno de sabor que captura la esencia del mar Mediterráneo. Un clásico de los chiringuitos de playa que no deja de asombrar por su sencillez y delicioso sabor.
Tapeo
El tapeo es una parte integral de la cultura gastronómica española que encuentra en Andalucía su origen y máxima expresión. Una experiencia que tiene tanto de culinaria como de social y que refleja a la perfección el carácter alegre y hospitalario de los andaluces.
El tapeo es una parte integral de la cultura gastronómica española que encuentra en Andalucía su origen y máxima expresión
En los bares y tabernas de Andalucía se pueden disfrutar una casi infinita variedad de tapas, desde las más clásicas como las croquetas, el jamón ibérico o las tortillas, hasta las más innovadoras y creativas. En realidad, no existen reglas y cada establecimiento tiene su especialidad, lo que permite al comensal explorar la riquísima diversidad y múltiples influencias de la cocina andaluza.
Ensaladas y platos fríos
En verano, las ensaladas frescas son una opción ligera y sabrosa para disfrutar de la cocina andaluza sin el peligro de la pesadez de los grandes banquetes. La ensalada de pimientos asados, la ensalada de naranjas con aceitunas, la ensalada de tomate y atún o la ensalada de bacalao son solo algunas de las muchas opciones refrescantes que pueden encontrarse en los restaurantes andaluces. Platos sencillos en los que brilla la calidad de los ingredientes locales y que realzan los sabores de los extraordinarios productos locales de temporada.
Gambas
Tanto las gambas blancas de Huelva como las rojas de Garrucha (Almería) están consideradas entre las mejores del mundo por su sabor delicado y su jugosa textura. Sin duda, otro de esos productos autóctonos que merece mucho la pena degustar en Andalucía.
Las gambas blancas de Huelva –también conocidas como gambas de Huelva o gambas de Sanlúcar– se caracterizan por su color pálido, casi translúcido, su gran tamaño y su sabor dulce y suave. Se capturan en el Atlántico, en la desembocadura del río Guadalquivir, unas aguas que les confieren ese sabor tan característico. Se pueden disfrutar en una gran variedad de preparaciones, como a la plancha, cocidas, en arroces o en platos de marisco.
Por su parte, las gambas rojas de Garrucha son famosas por su sabor intenso y su textura firme. Esta variedad de marisco andaluz es Ideal para consumir tanto en preparaciones sencillas, como a la plancha o cocidas, como en platos más elaborados, como arroces y guisos de mariscos.
Opciones más contundentes
Y como en la variedad está el gusto, si un día las preferencias se dirigen hacia algo más contundente y elaborado, la cocina andaluza ofrece una amplia gama de opciones no necesariamente asociadas al verano, pero sí al disfrute culinario. Desde el celebérrimo rabo de toro, hasta el puchero, las migas, un buen arroz a la marinera o las excelentes carnes de caza de la Sierra de Cádiz son platos muy disfrutables todo el año.
Postres
En los dulces andaluces es, probablemente, donde mejor se aprecia la influencia árabe en la gastronomía local. Y es que la repostería Andaluza utiliza mucho la miel y la almendra para hacer los típicos polvorones o mantecados. Otras delicias que no pueden faltar como colofón a una comida son la poleá, la torta inglesa, el tocinito de cielo, los piononos o el bienmesabe antequerano.
Más información: www.andalucia.org/es/gastronomia
Contenido ofrecido con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía