La niebla perpetua que cubre Pekín ha convertido a la ciudad en una especie de escenario futurista como el de la película Blade Runner. Los niveles de contaminación atmosférica han alcanzado tal nivel que la mascarilla se ha convertido en una prenda de vestir más para muchos ciudadanos y las autoridades han tenido que decretar la alerta en repetidas ocasiones. Durante estos periodos de polución más intensa, la concentración de partículas finas roza los 500 microgramos por metro cúbico, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa el límite tolerable par la salud humana en 25 microgramos. Pero, ¿qué características concretas tiene esta nube irrespirable y cómo se puede combatir?
Un equipo de científicos acaba de publicar en la revista PNAS un análisis detallado de la nube de polución y las causas que provocan su formación. Aunque la causa principal es la combinación de su meteorología y sus emisiones industriales y de tráfico, los investigadores Min Hu y Renyi Zhang aseguran que los aerosoles están provocando que las partículas que se forman habitualmente en el ambiente (por un proceso llamado nucleación) aumenten de tamaño desmesuradamente hasta alcanzar el límite crítico que provoca esa nube espesa sobre la ciudad.
Según los científicos, estos episodios de niebla contaminante con presencia de materia en partículas finas se producen en ciclos periódicos, causados por la combinación de la meteorología de la ciudad con su tráfico local y con las emisiones y procesos químicos relacionados con los aerosoles de las industrias cercanas. Estas partículas finas representan un gran problema ambiental, ya que degradan la visibilidad, son nocivas para la salud e impactan, directa e indirectamente, en el clima y el tiempo atmosférico.
Acumulación de partículas de aerosol en distintos periodos de tiempo (PNAS)
Los óxidos de nitrógeno del transporte público, y el dióxido de azufre de la industria local se acumulan y reaccionan entre sí. La sustancia contaminante a la que dan lugar provoca la formación del núcleo en aerosol y continúa creciendo durante muchos días, dando como resultado a un gran número de partículas. Aunque la composición química de los aerosoles de Pekín no es significativa, los autores demuestran que este proceso en formación de aerosol es distinto del que ocurre en muchos otros centros urbanos, principalmente debido a la meteorología propia de la ciudad.
Los investigadores intentan con este estudio comprender mejor los mecanismos de formación de materia en partículas, que suponen un gran riesgo para la salud pública, y también lograr estrategias que mitiguen y reduzcan su impacto tanto a nivel regional como global. Este descubrimiento sugiere que es necesario llevar a cabo controles de las emisiones previas de materia en partículas para reducir la polución debida a esta causa en China.
Referencia: Elucidating severe urban haze formation in China (PNAS) | Imagen: Kevin Dooley (Flickr, CC)
--
Next es la nueva sección de Ciencia y Futuro de Vozpópuli. No te olvides de seguirnos en Twitter