La medusa de caja (Chironex fleckeri), también conocida como avispa de mar, está considerada la criatura más letal del planeta. Si uno tiene la mala suerte de cruzarse con ella en aguas australianas y le pica, el veneno puede acabar con su vida en apenas tres minutos. Primero notará un fuerte dolor, después sentirá que no puede respirar y que le asaltan las náuseas. Un instante después, el ritmo cardíaco se dispara y la persona muere por una embolia cardíaca.
Está considerada el animal más letal del planeta y no existe ningún tratamiento contra su picadura
Lo peor de todo es que no existía, hasta ahora, ningún tratamiento efectivo contra su picadura, dado que no se comprendían los mecanismos moleculares por los que el veneno actúa tan rápidamente en el organismo. Por eso el trabajo publicado este martes por el equipo de Greg Neely en la revista Nature Communications es tan esperanzador: por primera vez han identificado, mediante la técnica CRISPR, qué genes eran necesarios para la muerte celular de la víctima después de inyectarle el veneno. Y, a partir de ahí, al observar cómo interfiere el veneno con la síntesis de colesterol, han desarrollado una estrategia consistente en proporcionar ciclodextrina, lo que reduce el dolor y la mortandad de los ratones a los que se les suministró la sustancia.
“La importancia del artículo reside en dos aspectos”, resume José Manuel López Nicolás, catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Murcia, que no ha participado en el estudio. “Por un lado, y gracias al uso de la tecnología CRISPR/Cas9 de edición genómica, los autores proponen un ruta bioquímica para comprender el mecanismo por el que el veneno de esta peligrosa medusa causa daños importantes en el organismo de las personas a las que ataca. Por otra parte, los investigadores diseñan una estrategia para combatirlo mediante el diseño de un antídoto”.
“Las ciclodextrinas eliminan la puerta por la cual el veneno puede acceder a la célula humana”
Gracias al descubrimiento de estas rutas celulares implicadas en el daño que provoca el veneno de la medusa caja, los autores esperan que sirva para desarrollar otros antídotos para otras medusas y otros animales venenosos. La ciclodextrina, que ya se emplea para tratar enfermedades raras como la de Niemann-Pick, en las que está implicada la síntesis de colesterol, minimiza los efectos provocados por el veneno en el metabolismo. “En la ruta bioquímica descubierta está implicado el colesterol que forma parte de nuestra membrana celular”, explica López Nicolás. “Los investigadores han demostrado que las proteínas del veneno “usan” nuestro colesterol como vía de entrada a la célula”.
Por este motivo los autores proponen el uso de fármacos que contengan ciclodextrinas. “Estas moléculas tienen la capacidad de encapsular en su interior al colesterol de la membrana y, de esta forma, impedir que la medusa pueda emplearlo como vía de entrada a la célula”, concluye el especialista. “Dicho en otras palabras, las ciclodextrinas eliminan la puerta por la cual el veneno puede acceder a la célula humana”.
Referencia: Molecular dissection of box jellyfish venom cytotoxicity highlights an effective venom antidote (Nature Communications) DOI 10.1038/s41467-019-09681-1