La situación de la población mundial de abejas es motivo de preocupación de decenas de científicos de todo el mundo, que se esfuerzan por buscar una explicación a su repentino declive. La última aportación la hace un equipo conjunto de investigadores de las universidades de Southampton y Reading, quienes publican en la revista Chemical Ecology el primer análisis sobre los efectos de la contaminación de los motores diésel en el olor de las flores que polinizan estos insectos.
Los gases contaminantes podrían estar alterando el comportamiento de las abejas
Para el trabajo, los científicos han comprobado que de los once componentes individuales más comunes en el olor de las flores, cinco pueden ser alterados por la exposición a los óxidos de nitrógeno (NOx) que generan los motores de los coches diésel. Estos gases son peligrosos contaminantes que afectan a la salud humana y cuyo efecto sobre el olfato de las abejas ya se había comprobado con anterioridad.
"No pensamos que la contaminación procedente de los vehículos diésel sea la principal razón para el declive de las abejas", explica Robbie Girling, autor principal del trabajo, pero nuestro estudio sugiere que podrían tener un efecto sobre los olores de las flores que necesitan las abejas mucho peor de lo que se pensaba inicialmente". La idea fundamental es que el flujo constante de este tipo de gases contaminantes en la atmósfera podría estar alterando el comportamiento de las abejas, que dejan de percibir olores o confunde unos con otros. "Los humanos hemos usado a las abejas e insectos polinizadores para conseguir una buena parte de nuestros alimentos, y nosotros les pagamos con la destrucción de su hábitat, con insecticidas, el cambio climático y la contaminación del aire" asegura Girling. "Nuestro estudio demuestra que la contaminación de los vehículos no es solo peligrosa para la salud humana, sino que también podría tener un impacto en el medioambiente global y la economía".
Referencia: Scents and sense ability: Diesel fumes alter half the flower smells bees need (Universidad de Southhampton / Chemical Ecology)