Imagine un disco duro reeditable capaz de almacenar la información contenida en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en un cubo de 0'1 mm de lado. O capaz de albergar hasta 77 terabytes en un centímetro cuadrado. Es lo que ha conseguido el equipo de Sander Otte con una innovadora técnica que presenta este lunes en Nature Nanotechnology y que aprovecha la nanotecnología para multiplicar exponencialmente las capacidades de almacenamiento.
El sistema permite almacenar una Biblioteca del Congreso de EEUU en un cubo de 0'1 mm de lado
El sistema consiste en cubrir una superficie de cobre con una capa de átomos de cloro y en manipular los huecos mediante la punta de un microscopio de efecto túnel. De este modo, este disco duro de tamaño nanoscópico se convierte en una especie de ábaco que permite ir cambiando posiciones. Si se define un alfabeto binario a partir de las posiciones de estos huecos, se pueden almacenar textos y modificarlos. Como ejemplo, los autores del trabajo han escrito la famosa lección de Richard Feyman "Al fondo hay sitio" y han conseguido gestionar las posiciones de más de 8.000 huecos entre los átomos durante 40 horas y a una temperatura de 77 kelvin.
Como explica Steven Erwin también en Nature, "esta densidad es dos o tres órdenes de magnitud mayor que los actuales discos duros o tecnología flash". Aun así, aún está lejos de convertirse en realidad porque se trata solo de una muestra de lo que podría hacer la tecnología. De momento, usar el microscopio de efecto túnel es muy lento y cada lectura lleva entre 1 y dos minutos (la escritura es aún más lenta), pero quizá sea la primera piedra de una nueva forma de almacenar la información.
Referencia: A kilobyte rewritable atomic memory (Nature Nanotechnology) DOI 10.1038/nnano.2016.131