Imagine una instalación militar de alta seguridad. El operario C debe sentarse y tomar los mandos de un sistema con el que lanzará un ataque al enemigo, pero el departamento de Defensa debe estar al 100% seguro de que se trata de él y no de un suplantador. Para verificar su identidad se puede probar con su huella digital, el patrón de su iris, sus rasgos faciales... pero todos estos sistemas ofrecen una posibilidad de ser falsificados, por pequeña que sea. En cambio, si el operario se sienta unos instantes durante una máquina y el sistema escanea su cerebro ya no hay duda: se trata de la persona correcta.
Un patrón de actividad cerebral único permite distinguir a unos sujetos de otros
En este escenario de ciencia ficción trabajan algunas compañías de seguridad y podría estar más cerca después del estudio presentado este lunes en Nature Neuroscience por el equipo de Emily Finn, de la Universidad de Yale. Los investigadores han utilizado los datos de 126 participantes del Proyecto Conectoma Humano (Human Connectome Project) y han demostrado que las imágenes tomadas por resonancia magnética funcional (fMRI) de los cerebros de los sujetos mientras realizan distintas tareas pueden ser utilizadas para distinguirlos de forma individual entre muchas personas.
El equipo de Finn usó imágenes del cerebro de los voluntarios tanto en reposo como realizando diferentes tareas relacionadas con la memoria, el movimiento motor, la emoción o el lenguaje. Cada una de las personas genera un patrón de actividad único que permite distinguirlo de los otros y los autores especulan con la posibilidad de que pudiera servir paran identificarlos de manera única e indiscutible. Al mismo tiempo, los científicos han descubierto determinados patrones que les permiten medir la capacidad de las personas para los razonamientos rápidos y la resolución de problemas. Lo que ellos llaman la "inteligencia fluida". Estas señales distintivas se producen en unas áreas muy concretas de las cortezas frontal, medial y parietal, asociadas con el control cognitivo.
También han identificado los patrones de mayor “inteligencia fluida”
Algunas compañías trabajan en diseñar sistemas de identificación personal para evitar suplantaciones mediante electroencefalografía combinada con la toma de otros parámetros biométricos. Si los sistemas de escaneo funcional se simplifican, podrían ser una alternativa en el futuro para este tipo de mecanismos de seguridad. Los autores del estudio apuntan a la posibilidad de descubrir identificadores personales que sirvan para personalizar programas educativos o intervenciones clínicas.
Referencia: Functional connectome fingerprinting: Identifying individuals using patterns of brain connectivity (Nature Neuroscience) DOI 10.1038/nn.4135