La protuberancia del pez espada (Xiphias gladius) lleva fascinando a la humanidad desde tiempos remotos. No solo llama la atención su longitud (en adultos puede llegar a un 40% del cuerpo), sino la forma en que la usan cuando nadan en mar abierto a velocidades de hasta 100 km/h. Pero su esquivo comportamiento lo ha convertido en un pez poco estudiado, hasta el punto de que el equipo de John Videler acaba de descubrir una glándula que se oculta en el interior de la 'espada' y que hasta ahora había pasado desapercibida.
"Vi la glándula y era tan grande que apenas dejaba espacio para la estructura ósea"
En un trabajo publicado en el Journal of Experimental Biology, los investigadores explican que sus pesquisas comenzaron hace un año tras conocer que el equipo de Maria Habegger había detectado una zona especialmente débil en la base de la espada. Intrigado por este hecho, Videler revisó algunas resonancias magnéticas que había hecho de estos animales desde hace 20 años y practicó nuevas pruebas. Para su sorpresa, la fuente de esta 'debilidad' estructural estaba en una glándula situada en la base del apéndice, en la cabeza del pez. "Vi la glándula", explica Videler, "y era tan grande que apenas dejaba espacio para la estructura ósea, la capa de hueso alrededor era muy fina".
La resonancia muestra la posición de la glándula de aceite. Videler et al.
Seguidamente los científicos buscaron una conexión entre esta glándula y el sistema olfativo del pez, pero no la encontraron. Fue cuando fijaron su atención en la piel del animal cuando descubrieron la clave. "De repente [uno de los investigadores] vio esa red de vasos sanguíneos conectados con la glándula de aceite", explica Videler. Mediante microscopía electrónica, el equipo descubrió que la cabeza estaba cubierta de diminutos poros que estaban conectados con la glándula. "Y entonces vimos que cuando calentábamos la glándula podías ver el aceite saliendo por esos pequeños agujeros".
Con estos elementos los autores del estudio concluyen que probablemente la zona que causa la debilidad estructural en el apéndice del pez espada sea esta glándula de aceite, cuya función es lubricar su cabeza y mejorar la maniobrabilidad en el agua. Videler cree que este aceite, en combinación con la disposición de las células de la piel, convierte la cabeza del pez espada en repelente al agua y reducen su resistencia hasta en un 20%. Una capa que reduce la fricción y aumenta la eficiencia de esta majestuosa criatura.
Referencia: Lubricating the swordfish head (Journal of Experimental Biology) DOI: 10.1242/jeb.139634