Solemos asociar la imagen de las fosas comunes y las matanzas colectivas a las épocas más recientes de nuestra historia, pero las pruebas paleontológicas indican que la violencia del ser humano viene de largo. El equipo de Christian Meyer publica esta semana en la revista PNAS el análisis de los restos encontrados en 2006 en una fosa de Centroeuropa, en la localidad alemana de Schöneck-Kilianstädten, que apuntan a una nueva masacre colectiva en el Neolítico.
Las piernas de las víctimas fueron brutalmente mutiladas.
La fosa contiene los restos de 26 individuos de la cultura de la cerámica de bandas (LBK) que vivieron hacia el año 5000 a.C. y pruebas de que fueron brutalmente asesinados por otro grupo. Una de los primeros indicios es que entre los restos no se encuentran señales de enterramiento ritual, como sucede en los lugares donde dejaban a sus seres queridos, y aparecen abundantes puntas de flecha. Los cráneos de las víctimas presentan señales de violencia y, lo que es más novedoso, los huesos de sus piernas aparecen brutalmente machacados en muchos de ellos, lo que indica que o bien fueron torturados o mutilados después de morir.
Los paleontólogos han encontrado otras dos fosas con restos humanos con pruebas de que fueron brutalmente masacrados. Una en Tanheilm, Alemania, con los cuerpos de 34 personas que vivieron hacia el 5000 a.C. y la otra a unos 33 kilómetros del lugar, en Schletz-Asparn, Austria, con unos 7500 años de antigüedad y en la que se calcula que hay unos 300 individuos. Tomadas juntas, aseguran los autores, todas estas pruebas indican que en el periodo del Neolítico tardía hubo episodios de violencia extrema entre individuos que pudieron tener un gran impacto en las pequeñas poblaciones de humanos que andaban entonces por Europa.
Referencia: The massacre mass grave of Schöneck-Kilianstädten reveals new insights into collective violence in Early Neolithic Central Europe (PNAS)