La Federación Palestina de Fútbol sigue convencida de llevar adelante la resolución que pide la suspensión de la Federación de Israel en el próximo Congreso de FIFA que se celebrará dentro de diez días en Zúrich. Joseph Blatter, que tiene que ser reelegido en el evento, quema sus naves para que los palestinos se echen para atrás. No quiere ninguna votación que pueda enturbiar lo que tiene previsto como una reelección a la búlgara y un baño de masas por su parte.
Hace diez días recibió al presidente de la federación palestina, Jibril Rajoub, en la sede de FIFA, pero no tuvo éxito en sus peticiones. Esta vez el país árabe está muy convencido de seguir adelante, pues ya son varias las ocasiones en las que les colmaron de promesas que terminaron en nada. Blatter no se rinde, esta semana viajará a Ramala para reunirse una vez más con el mandatario palestino, que también preside el Comité Olímpico de su país. Es poco probable que consiga nada, aunque su viaje a oriente medio muestra el amplio interés que tiene el presidente de FIFA.
Mientras tanto, y abonando el terreno a lo que puede suceder en el congreso de Zúrich, Rajoub ha mandado una carta a los miembros del comité ejecutivo de FIFA, a sus vicepresidentes y presidente. En ella vuelve a exponer los motivos por los que Palestina considera que Israel no está cumpliendo los estatutos del fútbol internacional y, consecuentemente, por lo que tiene que salir de la institución hasta que solventen sus irregularidades.
La petición se basa en tres argumentos principales. Alega la federación palestina que el movimiento de los jugadores y oficiales palestinos está restringido por las normativas israelíes que impiden, por ejemplo, que las donaciones de equipamiento de fútbol lleguen correctamente a su destino. Además hablan de la restricción de movimientos que tienen sus jugadores, que tienen que ser convocados con 35 días de antelación para poder conseguir permisos de viaje.
Como base principal de sus demandas cuentan que la Federación Israelí nunca ha actuado contra el racismo en su fútbol, que es una de las batallas principales de la FIFA en los últimos años. Señalan concretamente al Beitar jerusalen, un equipo que ha tenido distintos problemas relacionados con el racismo y que rara vez ha sido sancionado por la federación israelí. Es más, aseguran que el Beitar solo ha empezado a recibir sanciones una vez ellos han presentado la propuesta de suspensión.
Este punto es clave en las opciones de que la resolución salga adelante, pues si bien muchas federaciones no querrán posicionarse en la causa concreta entre Israel y Palestina tendrán menos remilgos en caminar detrás de la bandera contra el racismo. Muchas federaciones africanas se plantean por este motivo votar a favor de la resolución palestina, un voto que compartirán con las federaciones árabes que respaldan la propuesta.
Por último Palestina señala que hay cinco clubes establecidos en su territorio disputando la liga israelí, algo que va en contra de los estatutos de la institución.
En su carta al comité ejecutivo Rajoub rechaza que su petición esté motivada por el extremismo y como prueba de buena voluntad asegura que en los dos últimos congresos de FIFA (Mauricio 2013 y Brasil 2014) han aceptado soluciones intermedias y muestras de buena voluntad por parte de la federación israelí pero que después siempre han quedado en nada.
Esta es la carta en la que la federación palestina desarrolla su petición.
