España lleva participando en el Festival de la Canción de Eurovisión ininterrumpidamente desde 1961. En estos 54 años ha habido tiempo para todo: himnos generacionales, actuaciones inolvidables, victorias históricas, empates que saben a algo más… y también fracasos, amargas derrotas que para algunos artistas supusieron el fin de sus carreras y para otros, un capítulo tan olvidable como imposible de borrar. Y todo a pesar de que, en muchas ocasiones, la culpa de sus fiascos ni siquiera fue suya. En la semana de Eurovisión repasamos, en orden cronológico regresivo, las 10 mayores decepciones de la aportación española al festival.