El final de la pretemporada de Fórmula 1 en Barcelona se presenta tormentoso, nunca mejor dicho. Los cuatro últimos días de entrenamientos que arrancan este jueves en Montmeló se verán afectados por las condiciones climáticas adversas. O al menos eso anuncian los expertos.
Con la amenaza de lluvia jueves y viernes, los equipos se enfrentan a la perspectiva de tener que condensar gran parte de sus últimos preparativos en pista en sólo dos días completos de funcionamiento en seco durante el fin de semana: sábado y domingo. Y aquí el agua dará paso al frío. Se esperan bajas temperaturas, un condicionante fatal para los neumáticos Pirelli y por tanto, una situación muy difícil para simular de la forma más real posible la primera cita del Mundial: el Gran Premio de Australia.
Hasta ahora, la mayoría de los ocho días de pruebas no han sido afectados por la lluvia, pero las temperaturas bajas han puesto en apuros a las ruedas, que apenas duran un par de vueltas sin degradarse. Por eso estos cuatro últimos días se presentaban cruciales. Sobre todo para equipos como Ferrari, que no acaba de verlo claro.
Fernando Alonso pilotará el viernes y cerrará la pretemporada el domingo. Su compañero Massa lo hará jueves y sábado.