Las voces que claman por una revolución en la Fórmula 1 crecen cada día. Hartos de “aburrimiento, exceso de tecnología y regulación extrema”, el éxito de las 24 Horas de Le Mans celebradas este fin de semana y el hecho de que, casualidad, uno de los miembro del trío ganador sea piloto de F1 -Hulkenberg- ha encendido definitivamente una mecha que lleva tiempo muy caliente.
Kimi Raikkonen, siempre en su mundo, pidió hace unos días una F1 “más peligrosa”. Niki Lauda, director de Mercedes, da la razón al finlandés con un matiz: “Yo hablaría de arriesgada más que de peligrosa".
A partir de ahí, el expiloto austriaco acelera y abunda en la queja:"Hay mucho control, muchas reglas y no hay carácter. No digo que se descuide la seguridad, pero si los coches fuesen más rápidos, la emoción para pilotos y espectadores aumentaría automáticamente".
Habituado a hablar muy claro, el tricampeón mundial atacó sin piedad el exceso de ayudas y sistemas que poseen los actuales bólidos y los cambios de reglas -otra vez- previstos para 2017: "Cualquier tipo de manipulación es lo peor que hay para el deporte. Es algo que no debe pasar. Y en un deporte de motor como este el piloto debería ser el factor diferencial, no la tecnología. Nadie lo entiende".
"Yo quiero una parrilla llena de pilotos de verdad y no de chavales jugando con los botones de su volante. Pilotos con las habilidades de conducción más altas. Repito, habilidades de conducción. No se trata de ir hacia atrás, pero los pilotos tienen que sujetar con fuerza el volante y, por tanto, el coche, no como ahora que están siempre pulsando botones".
Fernando Alonso es otro de los abanderados de esta revolución. Enamorado desde hace tiempo de las 24 Horas de Le Mans, no ahorra piropos para la prueba gala aunque sea a costa denostar a la F1. Visto desde una perspectiva distinta a la de Lauda, la opinión del español también es un aviso serio de que algo no funciona en la categoría reina del automovilismo.
"Los coches son más atractivos desde el punto de vista del piloto porque la tecnología es la mejor. Ser capaz de pilotar el mismo coche durante dos horas es algo que hemos olvidado en la Fórmula 1 en los últimos dos años. Y en Le Mans lo hacen en un margen de tres décimas de segundo por vuelta durante dos horas y en tres tandas", señala con envidia el asturiano.
Alonso se deshace en elogios hacia las 24 Horas de Le Mans, que le encandiló en 2014, cuando dio el banderazo de salida. "Me gustó mucho el año pasado. La atmósfera parece más relajada y más abierta a la gente. El evento es enorme, tal vez no tenga la repercusión de una carrera de Fórmula 1, pero es más grande que cualquier carrera de Fórmula 1", llega a afirmar el ovetense.
Y como prueba de su admiración, el bicampeón mundial español publicó un tuit de felicitación a los ganadores de la mítica prueba de resistencia:
https://twitter.com/alo_oficial/status/610104074290118656
En un mundillo cerrado y opaco como solía ser la F1, ya son demasiados los protagonistas principales que salen a la luz pidiendo gritos la demolición de unos cimientos que amenazan con ceder y provocar el derrumbe de una Fórmula 1 cada día menos interesante.