Mientras Guardiola disfruta de su familia y su año sabático en Nueva York, su segundo y ahora primer entrenador del Barça, Tito Vilanova está logrando que, al menos hasta el momento, no se le eche de menos. Aunque es cierto que el primer título que disputó, la Supercopa de España, la perdió ante el Madrid, los once puntos que el Barça le saca al equipo de Mourinho le están dando a Tito todo el crédito que tenía Pep. Es lo que tiene heredar un equipo como el de los Messi, Xavi, Iniesta, Cesc, Busquets, Villa y compañía.
Sin embargo, y por más que el propio Vilanova pidiera en rueda de prensa que dejaran en paz a Guardiola, no hay semana en la que, ya sea un club o una selección nacional, su nombre salga a la palestra. Chelsea, Manchester City, Manchester United, Arsenal, Paris Saint Germain, Bayern de Múnich, Milan, Inter… O selecciones como Rusia, Brasil, Estados Unidos… El técnico catalán está en el mercado y son muchos los dirigentes, todos con dinero para pagarle lo que pida, los que le quieren contratar. Sus 13 títulos de 18 posibles le avalan, aunque su gran reto vaya más allá de ganar
Pep quiere tiempo para meditar cuándo y sobre todo dónde vuelve a entrenar, pero lo que está claro es que cuanto mejor le vaya a Vilanova, más le costará decidirse. Y no porque Pep esté deseando que le vaya mal al Barça o al propio Tito. Es demasiado culé para eso. Sino porque es consciente que los éxitos del que fuera su segundo al frente del banquillo que él decidió abandonar (aunque en cierto modo le animaran a abandonarlo) le ponen el listón más alto a él allá donde decida volver a entrenar.
El Barça de Tito firmó ante el Athletic el mejor arranque de la historia de la Liga con trece victorias y un empate, mejorado una semana después tras ganar al Betis. Además, con la victoria en el Villamarín está a dos del récord de victorias consecutivas fuera del Camp Nou logrado por Guardiola en la temporada 2010-11 y a tres del récord del Madrid de Mourinho logrado el año pasado. También puede igualar la marca de ganar todos los partidos como visitante durante la primera vuelta de la Liga, algo que también logró el Barça de Guardiola, así como superar los 52 puntos, con 17 victorias, un empate y una derrota. De momento, y a falta de cuatro jornadas, los de Tito suman ya 43 puntos (14 victorias y un empate).
Hasta final de temporada no se podrá hacer balance del trabajo de Vilanova y, por tanto, establecer comparaciones con Guardiola. La duda es si para entonces Pep habrá decidido si vuelve a entrenar y, la respuesta del millón, dónde lo hace. Ofertas va a seguir recibiendo, pero en su caso no va a ser un problema ni de dinero ni de condiciones, sino de saber dónde le deja el listón Tito.