Una emisora del movimiento islamista Hamás ha instado este jueves a los palestinos a boicotear al F.C. Barcelona por la presencia del ex recluta israelí Guilad Shalit en el Camp Nou para ver el partido que le enfrentará al Real Madrid, el próximo 7 de octubre. La asistencia de Shalit al clásico ha despertado la ira de muchos de los seguidores barcelonistas en la franja de Gaza, territorio controlado por Hamás, que han expresado su protesta en las redes sociales y han instado al club a no permitirle la entrada.
El Club de Prisioneros de Gaza, vinculado a Hamás, afirma que "invitar a Shalit es un nuevo intento de cubrir los crímenes sionistas bajo el pretexto del deporte". "¿Cómo un club tan respetable, que defiende la multiculturalidad y el humanismo, puede invitar a un asesino y criminal como Shalit para mostrarle su respeto y honrarle?", se pregunta esta organización de apoyo a los presos palestinos en un comunicado remitido a los medios. Shalit, de 26 años, fue capturado por tres milicias palestinas -entre ellas el brazo armado de Hamás- en junio de 2006 y durante cinco años estuvo cautivo en Gaza en un lugar secreto y sin recibir visitas. En octubre del año pasado, el exsoldado israelí fue liberado en un canje entre el movimiento islamista e Israel a cambio de un millar de presos palestinos en prisiones israelíes.
La indignación en Gaza se debe a la gran popularidad de la que disfruta el club azulgrana entre los palestinos, y, curiosamente, también entre los israelíes. El Barcelona confirmó el miércoles que Shalit acudirá al Camp Nou para ver el clásico pese a las protestas de grupos pro-palestinos. Su vicepresidente, Carles Vilarrubí, explicó, sin embargo, que no se trata de una invitación del club, sino de una petición presentada por el joven, que ahora trabaja como comentarista deportivo del popular diario israelí "Yediot Aharonot".
Según este medio, la asistencia de Shalit al Camp Nou se debe a la petición que hizo en su nombre un ex ministro israelí, al parecer Itzhak Herzog. Miembro del Partido Laborista y titular de Asuntos Sociales hasta enero de 2011, Herzog mantenía estrechas relaciones con el expresidente del Barça Joan Laporta y en este caso se habría dirigido a su sucesor, Sandro Rossel.
La familia del ex recluta se ha abstenido de hacer comentarios sobre la cuestión y, según publica hoy el "Yediot Aharonot", "no estaban al tanto del asunto". "Confiamos en las fuerzas de seguridad israelíes y españolas", dijeron al rotativo fuentes del entorno familiar, que esperaron que la polémica en torno a la presencia de Shalit se quede finalmente en "mucho ruido y pocas nueces".
Los palestinos se encuentran divididos en torno a los dos grandes equipos de fútbol españoles, el Madrid y el Barcelona, al igual que los israelíes. La Oficina de Prensa del primer ministro de Hamás en Gaza, Ismail Haniye, condenó también la presencia en el estadio culé del exsoldado y en un comunicado consideró que el F.C. Barcelona debería impedir su asistencia. Asimismo, exhortó a las federaciones y asociaciones de fútbol árabes a protestar por la presencia de Shalit y amenazó con boicotear al Barça si no se retracta de su decisión.