Las gestiones de Blatter para que la Federación de Fútbol Palestina retire su petición de suspensión a la federación israelí han fracasado. El presidente de la FIFA se ha reunido hoy con una delegación palestina, que incluía al presidente palestino Mahmoud Abbas y al presidente de la federación Jibril Rajoub, para ofrecer una solución de compromiso previamente consensuada con Israel. Los israelíes aceptaban mejorar las condiciones de movilidad de los jugadores palestinos, que actualmente necesitaban 35 días de antelación para poder salir del país, pero no querían aceptar desmantelar cinco equipos profesionales que disputan sus partidos en territorio palestino, algo que contraviene la normativa de FIFA.
Los palestinos consideran inadmisible para quitar su proposición que siga habiendo equipos israelíes radicados en su territorio, por lo que rechazaron la opción pedida por Blatter de quitar su proposición para el congreso de Zúrich de dentro de diez días. El mandatario de FIFA salió de la reunión muy enfadado al no conseguir sus objetivos y planea visitar de nuevo a Benjamin Netanyahu para que los israelíes acepten más concesiones en este caso. Blatter teme que la propuesta palestina de al traste con un congreso en el que tiene que ser reelegido y que esperaba muy tranquilo para sus intereses.
Fuentes de la negociación aseguran a 'Vozpópuli' que el mandatario de FIFA se marchó de la misma con un enorme enfado y que, incluso, llegó a amenazar veladamente a los palestinos de cambiar el orden del día y el formato del Congreso, generar un ambiente hostil, incluso de proponer sanciones para la federación del país árabe. Algunos presentes en la reunión creen que su intento de modificar el congreso puede llevar a quebrar las propias normas de la FIFA.
La Federación Palestina, salvo drástico cambio de los acontecimientos, llevará adelante la petición de la sanción, basada en el racismo. Consideran, además, que serán apoyados por la mayor parte de las federaciones africanas y asiáticas, e incluso algunas de América Latina, por lo que la posibilidad de que el fútbol israelí quede suspendido son cada vez mayores.