Aquel hombre que revolucionó el fútbol gallego se encuentra ahora en el mismísimo centro del escenario nacional futbolístico. Su nombre: Rafael Louzán Abal. Apunten.
Nacido en Ribadumia, un pequeño municipio de Pontevedra, en 1967, Louzán inició su carrera como funcionario municipal. Desde joven, demostró una vocación por liderar, destacándose en su comunidad por su habilidad para encontrar consensos y resolver conflictos. Sin embargo, su proyección pública no comenzó en el fútbol.
Sería en un campo muy opuesto: la política. Como miembro del Partido Popular (PP), Louzán escaló posiciones hasta convertirse en el presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra, cargo que ocupó entre 2003 y 2015. Durante todo ese tiempo, Louzán consolidó una red de influencia y respaldo en Galicia que, años después, sería imprescindible para su próspera irrupción en el mundo del deporte.
Fue en el año 2014, cuando ya empezaba a dejar atrás su carrera política. Louzán dio el salto al fútbol como presidente de la Real Federación Gallega de Fútbol (RFGF). Desde ese momento, su trayectoria adquirió un cariz algo más técnico y estratégico, dejando atrás debates ideológicos para atender a la gestión deportiva.
Rafael Louzán: una revolución para el fútbol gallego
Al frente de la RFGF, Louzán logró lo que muchos consideraban como imposible: transformar una federación que, para muchos, estaba anquilosada en el pasado. Bajo su liderazgo, se incrementó el número de licencias deportivas de 61.729 en 2014 a más de 115.000 en 2024, un crecimiento sin parangón en el resto del país.
Rafael Louzán tras su proclamación como presidente de la RFEF | EFE
Estos datos no son fruto de la casualidad. Louzán apostó por la descentralización administrativa, modernizando las sedes regionales de la federación y digitalizando sus procesos. Con una visión pragmática, también eliminó el uso del papel en trámites como las licencias y las actas de partidos, permitiendo que clubes y jugadores gestionaran sus necesidades de manera mucho más rápida y eficiente.
Pero su verdadero legado está en el fútbol base y femenino. En una década, Galicia se convirtió en la comunidad con mayor crecimiento en licencias femeninas, aumentando un 345%. Creó competiciones específicas para jugadoras jóvenes e impulsó la inclusión de secciones femeninas en clubes que hasta entonces eran exclusivamente masculinos. Además, apostó por proyectos innovadores como la retransmisión de partidos de categorías inferiores mediante inteligencia artificial.
Por otro lado, el fútbol sala y el de veteranos también encontraron en Louzán un aliado. Logró unificar estas modalidades, que durante años habían estado divididas por conflictos internos, además de fomentar su participación y su puesta en escena.
Apoyo clave de LaLiga: Rubiales, Tebas y Pedro Rocha
Tras la caída de Luis Rubiales y con la inhabilitación de Pedro Rocha tras su paso por la presidencia interina, Rafael Louzán emergió como una figura capaz de devolver la estabilidad a la RFEF. Su candidatura, dada a conocer desde el día que la propia Federación convocó elecciones, contó con el respaldo de LaLiga y de importantes federaciones territoriales -un pilar clave en el proceso-, así como el apoyo de figuras como Javier Tebas, presidente de LaLiga, o Miguel Galán, presidente de CENAFE.
Durante las elecciones celebradas este pasado lunes 16 de diciembre en Las Rozas, Louzán obtuvo 90 votos de los 148 asambleístas, superando a Salvador Gomar, su principal rival. Este triunfo evitó una segunda vuelta e hizo ver que su mensaje de unidad y renovación había calado en el seno de la Federación. O eso da a entender.
Rafael Louzán junto a Pedro Rocha durante un acto de la Federación | RFEF
Es más, durante su discurso de investidura, Louzán prometió construir un “modelo nuevo” basado en la transparencia, el diálogo y la estabilidad. “El fútbol español necesita dejar atrás las etapas de convulsión para centrarse en lo más importante: el deporte,” declaró el nuevo presidente de la RFEF. Sin embargo, Louzán es consciente de que los retos que enfrenta no se limitan exclusivamente a la gestión interna.
La sombra de una condena podría acabar con Louzán
Sin embargo y pese a todos sus logros, la trayectoria de Louzán está marcada por una penitencia judicial que podría poner en peligro su mandato. En 2022, fue condenado por prevaricación debido a la concesión de una subvención para la reforma de un campo de fútbol durante su etapa como presidente de la Diputación de Pontevedra. Aunque el Tribunal Supremo ha admitido su recurso, una confirmación de la sentencia en febrero de 2025 podría inhabilitarlo hasta por siete años.
Este panorama no he hecho más que generar dudas sobre su capacidad para liderar una institución que exige transparencia y un historial limpio. O así, al menos, se concebía. Además, la Federación debe alinearse con los criterios de la UEFA y la FIFA, que imponen estrictos requisitos de integridad a todos sus dirigentes. Algo obvio.
Al respecto, Louzán se ha mostrado confiado en que el Supremo le dará la razón. No obstante, el Consejo Superior de Deportes (CSD) podría intervenir, elevando el caso al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para poder evaluar su idoneidad como presidente. Este proceso amenaza con volver a sumir a la RFEF en la incertidumbre, justo en el momento en el que más estabilidad precisa. El pez que se muerde la cola.
Rafael Louzán durante un evento reciente antes de las elecciones a la RFEF | EFE
El mandato de Louzán llega en un momento crítico para el fútbol español. La salida de Luis Rubiales, marcada por escándalos que afectaron la imagen de la RFEF a nivel internacional, dejó a la institución en una situación precaria. A esto se suma la tensión entre la Federación y LaLiga, así como los desafíos de la organización de la Copa del Mundo 2030, que España coorganizará junto a Portugal y Marruecos.
Rafael Louzán tiene ante sí una oportunidad única. El gallego puede marcar un antes y un después en la RFEF, pero para ello primero deberá superar los obstáculos legales y no tropezar en la misma piedra que sus predecesores. Su experiencia es su principal aval y la modernización y la inclusión le tienden su mano. Solo el tiempo y la práctica dirá si Rafael Louzán es o no el líder que el fútbol español necesita.