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Iker Casillas como síntoma de un mal que aqueja a Del Bosque y salpica a Diego Costa

La derrota en Eslovaquia cuestiona seriamente la titularidad del madridista, la continuidad del técnico salmantino y la validez del delantero hispano-brasileño

  • Iker Casillas durante el partido ante Eslovaquia que España perdió con un grave error suyo.

Del Bosque no logra gobernar un relevo generacional que ha devastado la autoestima de la Roja y genera demasiadas dudas sobre su futuro inmediato. Sin Puyol, Xabi Alonso, Xavi, Villa ni Fernando Torres, sólo queda Casillas de los pioneros. Precisamente el portero es el principal síntoma del mal generacional que aqueja a España. El grosero gol que encajó ante Eslovaquia, multiplicado exponencialmente por el ruido generado por la entrevista concedida a Iñaki Gabilondo (que ha molestado a Florentino por el momento elegido por Casillas) y sumado a su desalentador Mundial, cuestionan abiertamente la titularidad del mostoleño. Trasladando el agrio debate que vive en el Real Madrid a la Roja. Iker se ha convertido en un sospechoso habitual. 

Otro de los señalados es Diego Costa. Si Casillas ejemplifica la necesidad del relevo generacional, Costa es el síntoma evidente del cuestionamiento del estilo de juego. El hispano-brasileño no digiere el tiqui-taca, sistema que sin Xavi pierde sentido. Costa debería ser el principal interesado en afilar el sistema de juego, en verticalidad la propuesta. Pero sigue sin estrenarse con la Roja y su ansiedad carga de razones a quienes mantienen la apuesta por el juego asociativo con delanteros de buen pie y picardía en los espacios reducidos, como el joven Paco Alcácer, una suerte de Villa valenciano. Sin Xavi ni Alonso, jugamos sin escuadra ni cartabón. 

Por último está en duda el futuro de Del Bosque. En un primer momento se planteó su salida, tras la temprana eliminación del Mundial, pero el salmantino advirtió que se sentía capacitado para tripular el cambio de ciclo. Sin embargo el equipo parece hastiado, falto de agresividad, especialmente ofensiva, y con una defensa que presenta una fragilidad alarmante. Muchos son los que piden un relevo en el banquillo, los mismos que creen que Eslovaquia ha sido para Del Bosque lo que Chipre fue para Clemente. Vicente sigue imponiendo sentido común y normalidad para gestionar exitosamente este comprometido episodio. 

Para el choque ante Luxemburgo, el seleccionador ha anunciado cinco cambios, entre ellos posiblemente Costa y Casillas. El rival no debe complicar el trámite a la Roja, por lo que encuentro no debe ser especialmente esclarecedor. En cualquier caso, España necesita una victoria solvente para sacudirse la desidia con la que se despliega desde el infausto 1-5 ante Holanda en Salvador de Bahía. Aquel día fue el inicio de algo que aún está pendiente de despegar. 

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