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Vinicius y Bellingham montan una fiesta en el Bernabéu ante el Girona y apuntalan el liderato del Real Madrid

Los blancos pasan por encima de un Girona que intentó jugar al fútbol en la segunda parte y se ponen a dos partidos de distancia de los gerundenses

El Real Madrid da un golpe sobre la mesa en su carrera por ganar 36º título de liga. La victoria aplastante ante el Girona (4-0) coloca a los blancos cinco puntos por encima de los gerundenses y le permite tener el 'goal average' a su favor, por lo que en caso de empate a puntos, los blancos mantendrían el liderato.

El conjunto merengue, con una defensa en auténtico cuadro por las numerosas bajas -Tchouameni y Carvajal fueron centrales de urgencia-, trató de marcar el ritmo del partido y lo consiguió gracias a Vinicius, que abrió el marcador en el minuto cinco con un disparo 'made in Cristiano'. El brasileño recibió el balón en la banda para después irse hacia el centro y sacarse un misil hacia la portería defendida por Gazzaniga.

Con la ventaja en el marcador, el Madrid tomó cierta actitud pasiva, con una defensa estática ante un Girona sin demasiada capacidad para generar jugadas con profundidad. Los blancos aseguraron así una posición cómoda para defender y lanzarse al contrataque con velocidad.

En una de esas llegó la polémica: Camavinga aprovechó su potencia para infiltrarse en el área, pero fue derribado al borde de la zona de castigo. Los blancos pidieron la expulsión a Juanpe por ser el último hombre del Girona, pero el colegiado decidió dejarlo en tarjeta amarilla. Dos minutos después, cerca estuvo el Madrid de abrir distancia gracias a un pase de la muerte que cortó bien Eric García cuando Bellingham ya se preparaba para anotar.

En el minuto 35 volvió a aparecer el pichichi de la Liga. Un pase medido de Vinicius con el exterior acabó en las botas del inglés, que se zafó de Gazzaniga para empujar el balón al fondo de las mallas. Un tanto de la tranquilidad ante un Girona algo desdibujado y nervioso, consciente de lo que había en juego. Pese a la ventaja, el Madrid continuó yendo hacia arriba para generar peligro sobre el área del Girona.

Si la primera mitad terminó con un Girona desdibujado, el discurso del sancionado Michel en la caseta tuvo que ser contundente. Los rojiblancos salieron al terreno de juego con otra mentalidad, dando una imagen más reconocible. Si en la primera mitad Lunin vivió muy tranquilo, en la segunda parte sucedió lo contrario: empezó con actividad. Pese a ello, los acercamientos fueron poco efectivos.

Cuando mejor estaba el Girona, apareció Vinicius para devolverles a su realidad. En la enésima rotura de cadera a Couto, que con toda seguridad soñará con el brasileño, se internó en el área para tirar a puerta. La parada de Gazzaniga acabó en los pies de un Bellingham lesionado, que empujó el balón para anotar el tercero. Fue el último servicio del inglés a la causa blanca, ya que se retiró lesionado.

El tanto hizo que el Girona bajase definitivamente los brazos, algo que notó especialmente el mencionado Couto, principal culpable del cuarto tanto blanco. Una pérdida en su campo ocasionó que Rodrygo se encaminase hacia la portería de Gazzaniga con superioridad. El brasileño, con un gran disparo, no desaprovechó el regalo.

Con el Bernabéu convertido en una fiesta, los blancos se dedicaron a dejar que el reloj siguiese su ciclo natural, con alguna ocasión adicional de Rodrygo. La ventaja permitió a Ancelotti rotar: sacó a Arda Guler, Brahim y Fran García para dar minutos a los más habituales.

El partido no acabó en manita porque el palo lo evitó. Couto, que acabó el partido llorando, cerró su noche más negra con un penalti tonto a Guler que Joselu se encargó de chutar a la madera. Fue la última ocasión de un partido que consolida al Madrid en la cima de la clasificación.

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