Fuengirola, con su mezcla de historia, relajación y gastronomía, ofrece una experiencia completa para cualquier visitante. Ubicada en la Costa del Sol, la ciudad malagueña es un destino vibrante que combina playas doradas en las que disfrutar de su buen tiempo, una historia rica que muestra los vestigios de fenicios, romanos o árabes que han pasado por estas tierras y una gastronomía y animada vida nocturna que completa la experiencia de las noches de verano. Aquí te descubrimos cómo pasar dos días inolvidables en esta encantadora ciudad con actividades que abarcan desde la cultura hasta la gastronomía, pasando por un hotel de ensueño.
Recorriendo la historia de Fuengirola
Desde la antigüedad el privilegiado enclave que ocupa Fuengirola atrajo numerosas civilizaciones mediterráneas llegaban a estas costas. Fenicios, romanos o árabes fueron algunos de los pueblos que se establecieron aquí dejando vestigios de su cultura que todavía se pueden visitar hoy gracias a su cuidado patrimonio histórico.
Una de esas visitas es el Castillo de Sohail, una fortaleza del siglo X situada en una colina con vistas al mar en la que estuvieron asentados varios de estos pueblos. Hay que pasear por sus murallas y disfruta de las vistas panorámicas de la ciudad y la costa.
Para profundizar en la historia de Fuengirola es indispensable recorrer el Museo de Historia de Fuengirola en el conocer más sobre la historia y los hechos que han acontecido en esta zona durante los últimos 14 siglos. A lo largo de su exposición el visitante podrá descubrir desde los vestigios que han ido dejando las diversas civilizaciones antiguas que poblaron la ciudad hasta cómo se dio la explosión del turismo en la década de los 70 que llega hasta la actualidad.
Avistamiento de delfines
Desde la costa de Fuengirola sale una de las excursiones más llamativas tanto para niños como para adultos: el avistamiento de delfines. Estos tours dan la oportunidad de ver los animales en su hábitat natural, recorriendo la costa, siguiendo la embarcación y ofreciendo una experiencia diferente a locales y visitantes, además del disfrute de las impresionantes vistas de Fuengirola desde el agua.
Mercadillos de verano
Uno de los grandes atractivos de Fuengirola, pero también de todos los pueblos de alrededor, son sus mercadillos. En ellos se encuentran todo tipo de tesoros, desde ropa vintage o accesorios hasta muebles, decoración, productos locales y artesanías. Estos mercadillos se vienen celebrando desde hace años y se han consolidado como una seña de identidad de la ciudad. El mercado tradicional se celebra los martes y los domingos y el rastro de segunda mano todos los sábados.
Gastronomía playera
Disfrutar de una comida relajada en uno de los chiringuitos es parte de vivir la cultura fuengiroleña y también, por qué no, malagueña y mediterránea en su totalidad. Se deben probar especialidades locales como el pescaíto frito, las sardinas a la brasa —también llamadas espeto— o una paella con producto del mar. Dos de esas playas, en las que comer y también bañarse son la playa de Carvajal y la de Los Boliches, conocida por su arena fina y sus aguas tranquilas, ideales para nadar y tomar el sol, además de para estar con niños y personas mayores.
Un remanso de paz
Hacer redondo un viaje a Fuengirola es alojarse en Higuerón Resort, el oasis del lujo, calma y bienestar de la provincia de Málaga en donde dejarse mimar, relajarse y comer bien. Sus diferentes zonas, desde sus Villas Leiro Residences —el área más exclusiva del alojamiento con piscina privada infinita y vistas al Mar Mediterráneo— hasta el Higuerón Beach Club —su club de playa en el que disfrutar del mar y la arena—, pasando por el resto de espacios, como la zona MED —ubicada en los jardines del hotel con una piscina rodeada de olivos y plantas aromáticas—, el Higuerón Sport Club —donde se encuentran las pistas de pádel y tenis— o la Infinity Pool de su azotea —su piscina más exclusiva—, convierten este hotel en un destino en sí mismo en Fuengirola. Su spa es un santuario para cuerpo y mente, y sus terapias y masajes invitan a los huéspedes a cuidarse por dentro y por fuera. Y, para completar la experiencia, la parte de restauración con el Estrella Michelin Sollo, una propuesta de cocina latina bajo el nombre de Arara y la firma del chef Diego Gallegos, The Japo —donde probar una de las mejores cocinas japonesas de la zona— y la coctelería de la azotea. Qué mejor manera de viajar a Fuengirola que desconectando en un espacio de lujo como este.