Una vez recorrido el barrio Alto, El Chiado, La Alfama, La Baixa y los puntos más conocidos de Belém, Lisboa todavía tiene mucho que ofrecer. La capital lusa cuenta con lugares inesperados, modernos y alternativos, que terminan por redondear cualquier viaje a la ciudad.
Cobran especial protagonismo la arquitectura de los edificios y los espacios gastronómicos, cada vez más en alza. Además de los hoteles que, de la misma forma que en nuestro país, se están convirtiendo en punto de encuentro no solo de visitantes, también de locales. Estos son algunos de los rincones alternativos que invitan al turista a bucear en la Lisboa local.
La cara alternativa
A orillas del río Tajo y bajo el Puente del 25 de Abril, el más antiguo de la ciudad, se encuentra un complejo industrial histórico en cuyo interior se ubican una gran variedad de espacios con muestras de arte, tiendas, puestos de artesanía, exposiciones, espacios gastronómicos y hasta un moderno 'hostel: LxFactory Lisboa.
Se trata de una zona muy interesante a visitar, por ser una de las áreas de la ciudad más cosmopolitas y urbanas que tiene Lisboa. Además, todo este barrio se merece un recorrido, en especial el que va desde el LxFactory hasta Belém, pasando por el Museo MAAT, el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología de Lisboa, una de las grandes obras arquitectónicas modernas de la capital lusa.
Alma Lusa
En el moderno y cada vez más alternativo barrio de Príncipe Real se encuentra el antiguo Palacio de Ribeiro da Cunha, un edificio del siglo XIX de estilo árabe considerado uno de los más emblemáticos de la zona. Su interior ha pasado de ser un palacio a convertirse en una innovadora 'concept store' bajo el nombre de Embaixada en cuyo interior se dan cita marcas, artesanos, artistas y productores locales que apuestan por la artesanía, la moda, la gastronomía y la cultura patria. Un lugar que es un punto de encuentro de personas y experiencias, al que poder ir a conocer las novedades portuguesas pero también a disfrutar de una buena cocina tradicional.
Una villa de cuento
En medio de un terreno boscoso, a escasos 30 minutos de la capital lusa, se encuentra Sintra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una ciudad turística especialmente conocida por sus palacetes y villas vestidas de color pastel. Sus aires mágicos, especialmente marcados por sus grandes casonas recién sacadas de cuento, hacen de este destino uno de los más llamativos en los alrededores de Lisboa.
De estilo árabe y manuelino, el Palacio Nacional de Sintra es una de las construcciones más reconocidas y visitadas. Igual que el Palacio Nacional da Pena, característico por sus colores amarillos y rojos, fue construido en el siglo XIX en lo alto de una colina y es, posiblemente, el icono más reconocible de la ciudad de Sintra.
Entre los muchos palacios con los que cuenta la ciudad, se encuentra Tívoli Palacio de Seteais, un hotel del siglo XVIII ubicado en la privilegiada ladera de la montaña de Sintra con unas vistas muy especiales al Castillo de los Moros y al Palacio da Pena. Su interior merece una auténtica visita e, incluso, el hospedaje, y es que cruzando sus puertas se encuentran sus salones y sus 30 habitaciones, espacios decorados en su totalidad con mobiliarios de extraordinaria riqueza, además de tapices y frescos de gran valor, que recuerdan al palacio que fue en su día, un lugar que atraía a reyes y aristócratas.
Cena desde las alturas
En lo alto del hotel Tívoli Avenida Liberdade, en el centro histórico de Lisboa, se encuentra uno de los rincones más modernos y en auge de la ciudad: el restaurante Sky Bar By Seen. Una azotea, convertida en la actualidad en una de las terrazas más conocidas de la capital en cuya carta se mezcla la gastronomía portuguesa con la brasileña.
Lo singular de este espacio, además de sus vistas (que merecen la pena, sea invierno o verano), es que el hotel Tívoli Avenida Liberdade que, con sus 88 años, se ha convertido en uno de los edificios más clásicos de la avenida más conocida de la capital. Además, en su interior cuenta con otro local en el que poder disfrutar de la gastronomía tradicional lusa: la Cervejaria Liberdade. Este es el lugar para los amantes de la cocina típica y, en su interior, nada más típico que una mariscada acompañada de algunos de los grandes platos lusos como el 'bacalao à brás', el 'caldo verde' o el 'prego'.