Si Orange hubiera intentado comprar Jazztel el 31 de mayo de 2013, hubiera pagado 5,4 euros por cada una de sus acciones, con un desembolso total de unos 1.365 millones de euros.
Pero si la adquisición se cerrase a precios de hoy, poco más de diez meses después, costaría justo el doble, unos 2.730 millones, a razón de 10,8 euros por título. La operadora que preside Leopoldo Fernández Pujals se ha subido a un imparable rally alcista gracias a la buena estrategia de crecimiento y consolidación del grupo en banda ancha y telefonía móvil, pero también a los tambores de compra que suenan desde hace meses y que tras la compra de ONO por Vodafone se han redoblado.
El movimiento del operador británico en España obliga, según los expertos del sector, a mover ficha al tercer competidor, Orange, que desde hace meses estudia oportunidades de compra para no quedar rezagado. Pero la caja del gigante francés está a años luz de la que posee Vodafone, que ha tirado de chequera para pagar 7.200 millones de euros por la principal operadora de cable.
Orange no cuenta con fondos para afrontar una compra que, con prima, podría superar los 3.300 millones de euros.
Así que ante tal tesitura, el consejero delegado de la compañía, Jean Marc Vignolles, se ha embarcado en un particular road show en España para tratar de convencer a los analistas e inversores que Orange no necesita a Jazztel para plantar cara a las poderosas Telefónica y Vodafone.
El consejero delegado de Orange se ha embarcado en un road show por España para convencer a analistas e inversores que una Orange sin Jazztel puede seguir plantado cara a Telefónica y Vodafone
Según varios analistas consultados, el directivo francés les ha trasladado en las últimas semanas varios mensajes, cuyo objetivo último sería intentar desinflar la ola alcista en la que navega Jazztel y de la que, parece, tardará en bajarse. "Orange no necesita a Jazztel para hacerse más fuerte en España", señalan estas fuentes que les dijo Vignolles.
"La compañía está muy cara, sobrevalorada en Bolsa, y nunca podríamos, ni deberíamos, pagar esa cantidad por hacernos con ella", añadió el ejecutivo, que al menos admitió que "en caso de querer comprarla, podemos esperar a que su valor vuelva a precios normales. No tenemos prisa ninguna", confirman las fuentes.
Fuentes oficiales de Orange no quisieron hacer comentarios al respecto.
El supuesto desinterés por parte de Orange haría que la cotización de Jazztel se relajase, ya que habría inversores y fondos que venderían si ven que no hay expectativas de operación corporativa
Vignolles está defendiendo a capa y espada ante los analistas e inversores las bondades de una Orange sin Jazztel. Sus ingresos ascendieron en 2013 a 4.052 millones de euros, un 0,6% más que el año anterior (4,4% excluyendo impactos regulatorios). Orange ha sorteado la crisis económica en España "mejorando la rentabilidad de sus negocios y llegando a un EBITDA de 1.038 millones de euros, un 9,2% más que el año anterior", señalan fuentes oficiales del grupo.
El grupo cerró el pasado año con más de 14.070.000 de clientes, de los cuales, más de 12.377.000 son de telefonía móvil (530.000 de ellos 4G) y 1.693.000 de banda ancha fija. Sus inversiones crecieron un 18,8%, hasta superar los 560 millones de euros.
Vignolles ha presumido ante los analistas que en 2015, la nueva Orange será más fuerte gracias a la culminación del acuerdo de desarrollo conjunto de red con Vodafone.
Sin embargo, los analistas creen que el grupo tendrá que acabar liderando un movimiento de concentración en España, ya sea con la compra de Jazztel a través de OPA o mediante intercambio de acciones, o con una operación de menor calado como podría ser la adquisición de Yoigo. Creen los analistas que la estrategia de Vignolles en las últimas semanas persigue, a base de insistir en la indiferencia sobre Jazztel, devolver a esta operadora a precios más razonbles.