Luis de Guindos está obsesionado con el apellido recién puesto a su Ministerio: la Competitividad. En su plan presentado a Bruselas para reconducir las cuentas públicas desde 2012 a 2020, el titular de Economía ha introducido para 2013 una rebaja de unos 5.000 millones en los ingresos por cotizaciones sociales, los llamados impuestos al trabajo. Además, se puede inferir una caída de los ingresos por Sociedades de alrededor de 1.500 millones, que sólo se explica por los próximos incentivos que contemplará la ley de emprendedores.
¿Y cómo compensará estos recortes de impuestos? Pues con una subida del IVA y de los impuestos especiales en 2013 por valor de 8.000 millones y un repunte de otros ingresos, sobre todo tasas, de 3.000 millones. Es decir, el Ejecutivo de Rajoy subirá en 11.000 millones los impuestos para los contribuyentes, pero los rebaja en unos 6.500 para las empresas.
El Gobierno podría elevar el IVA desde el 18 al 20 por ciento y obtener así unos 6.000 millones. Los otros 2.000 millones tendrían forzosamente que obtenerse de los tributos especiales que gravan la gasolina, el tabaco y el alcohol. Todo ello se hace con el fin de disminuir las cotizaciones sociales de modo que los costes laborales en España sean más baratos y ganemos en competitividad. La lógica detrás de esta tesis consiste en que el IVA se aplica tanto sobre los productos nacionales como los extranjeros, mientras que las cotizaciones sólo lastran a nuestros productos nacionales. Por tanto, se trata de una manera hábil de ganar en competitividad simplemente cambiando de sitio los gravámenes, una medida muy recomendada por el FMI tal y como recordó Guindos.
Con paro elevado hasta 2020
El Ministerio de Economía confía buena parte de su cuadro de perspectivas macroeconómicas al hecho de que las exportaciones tiren con fuerza. Espera que en los próximos años se registren incrementos del orden del 6 por ciento y superiores, algo para lo que la economía española precisa ganar en competitividad con respecto al exterior. De ahí que estas iniciativas se centren en las cargas empresariales.
En los últimos años, el potencial de crecimiento de la economía española se ha tornado negativo. Pero tras más de ocho años sin reformas, Guindos cree que se pueden introducir de aquí a 2020 unos ocho puntos de crecimiento acumulados gracias al programa de medidas estructurales. Es más, se podría generar empleo con repuntes del PIB del 1 por ciento, y no con el tradicional 2 por ciento que se necesitaba antes de la crisis para crear puestos de trabajo. Según sus cálculos, eso reduciría el paro en cerca de dos millones de personas para 2020. Sin embargo, incluso así la tasa de paro seguiría alta, pues con un PIB estimado para 2013 del 0,2 por ciento no habrá mucha creación de empleo hasta 2014. Y la previsión para 2015 con el PIB ya creciendo un 1,8 por ciento aún se situaría en el 22 por ciento de la población activa.
El Gabinete de Rajoy envía estas perspectivas a Bruselas con el fin de convencer a las autoridades europeas de su determinación para reconducir la marcha de la economía y los presupuestos. ¿Y qué opinan sobre estas proyecciones las distintas casas de estudios? Pues éstas varían: Funcas se muestra más pesimista al prever una caída de PIB del 1,5 por ciento para 2013 en lugar del 0,2 del Gobierno. Otros como el FMI creen que España crecerá un 0,1 por ciento. El Banco de España anuncia un 0,2. Y hay incluso quien estima que se llegará al 0,6, como es el caso de BBVA. Keynes siempre decía que los economistas demostraban su sentido del humor usando las décimas…