Fue anunciado en 2009 por el socialista José Blanco, cuando el país ya estaba metido en la crisis, y después Ana Pastor le tomó el testigo. Cada anuncio de los dos últimos responsables de Fomento fue aplaudido por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, y luego por Ignacio González y Ana Botella. Pero nunca hubo realmente una voluntad firme por arrancar las obras que supuestamente conectarán por alta velocidad el Aeropuerto de Madrid-Barajas con las principales estaciones de la capital, Chamartín y Atocha, así que el asunto fue diluyéndose. Las últimas noticias datan de septiembre pasado, cuando el Congreso de los Diputados aprobó una iniciativa para impulsar el AVE al aeropuerto capitalino.
Pero todos los anuncios y las iniciativas pueden caer en saco roto, especialmente tras confirmar Las Vegas Sands que Eurovegas no se levantará en la Comunidad de Madrid. El AVE a Barajas ha dejado de ser prioritario para Fomento y carece de calendario casi cinco años después de que fuera anunciado por primera vez. Eso sí, se mantiene todavía intacto en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2022 (PITVI), en espera de la próxima modificación. El PITVI no es que sea precisamente un documento fiable: en sus diez años de validez, prevé la alta velocidad para casi todas las provincias de España, algo que desde luego no se verá ni por asomo en 2022.
Apertura en 2015, 2012, 2014…
Los vaivenes que ha dado el proyecto han sido notorios: Blanco pronosticó en 2009 que el AVE llegaría al aeropuerto en 2015; pero poco antes de los comicios generales de noviembre de 2011, el exministro adelantó incomprensiblemente la finalización a 2012, en lo que fue una propuesta claramente electoralista y sin fundamento. Ya en octubre de 2012, cuando parecía que Eurovegas iba a llegar y el magnate Sheldon G. Adelson exigía la alta velocidad en Barajas, el Gobierno de Rajoy señaló que el proyecto terminaría en 2014 y consignó 15 millones de euros de los Presupuestos Generales a la obra, que se supone que aprovechará la conexión ferroviaria de Cercanías que une la T4 de Barajas con Chamartín, inaugurada en septiembre de 2011.
A pocos aeropuertos internacionales llega la alta velocidad: el TGV de Charles de Gaulle (París) es la línea menos rentable
Pero estamos en 2014 y lo que es seguro es que este año tampoco habrá alta velocidad para ir a Barajas, un modelo que apenas existe en otras ciudades del mundo. El TGV que atraviesa la terminal parisina Charles De Gaulle es una de las líneas francesas menos rentables. El aeropuerto de Estocolmo cuenta también con AVE. Y poco más.
La negativa del magnate Sheldon G. Adelson, dueño de Las Vegas Sands, ha dado al traste con un proyecto que nunca tuvo mucho de rentable, habida cuenta de la buena conexión que ya hay entre Barajas y Madrid: además del Cercanías, el Metro de Madrid llega a las cuatro terminales. Y también un servicio de autobús que parte desde Atocha, muy recurrido por los jóvenes en horario nocturno. La estampida de Eurovegas ha supuesto la muerte de otros proyectos como el Cercanías a Navalcarnero, en cuyas obras se han enterrado 120 millones.