Tras los escándalos financieros de los últimos meses y antes de que presenten los resultados sobre los bancos españoles al Banco de España, al FMI y al BCE, las cuatro grandes auditoras han pedido más poderes para fiscalizar a las compañías a las que supervisan. Como parte del proceso de reforma del sector de la auditoría que sigue la Comisión Europea, las conocidas como "big four" (KPMG, Deloitte, PricewaterhouseCoopers y Ernst and Young) han pedido a los reguladores europeos y nacionales ampliar su capacidad de revisar cuentas. De igual modo, apuestan por cambiar los modelos de presentación de resultados que han permitido que ciertos agujeros pasaran desapaercibidos.
Las grandes auditoras consideran que su labor queda ahora limitada a verificar la veracidad de las cuentas sin poder introducir advertencias sobre la evolución futura del negocio o contrarrestar lo que califican como actual "cortoplacismo". Para ello, demandan ampliar sus poderes tanto de inspección como de presentación de los resultados y de la información que recopilan.
La Comisión Europea ha elaborado ya una serie de propuestas para revisar el papel de las auditoras. El Comisario del mercado interior, Michel Barnier, pretende acelerar esa reforma y, para ello, cuenta ya con el respaldo de comisarías como la de la Competencia, según confirman fuentes de la Comisión. Esa reforma plantea cambios encaminados van en dos sentidos:
- Reducir la concentración entre las empresaas encargadas de auditar resultados mediante
- E imponer las rotaciones entre las firmas auditoras para que unas empresas revisen los trabajos realizados por otras.
El objetivo final es evitar lo que la Comisión Europea describe como "amenazas a la independencia de las auditoras". La Comisión pretende impulsar el proceso porque su lentitud es tal que la propuesta de la Comisión Europea deberá pasar ahora al Parlamento y más tarde al Consejo, lo que podría significar que la nueva legislación no vea la luz hasta dentro de dos años. Una vez aprobada la directiva, los Estados deberían trasponerla a su ordenamiento nacional. Eso significa que la crisis podría cerrarse sin que se haya cerrado la reforma legal todavía.
Las grandes auditoras piden también cambios en la presentación de resultados
Las cuatro grandes demandan también cambios en la forma de presentar sus resultados. Aseguran que, en muchas ocasiones, sus denuncias han pasado inadvertidas ante el volumen de documentos que deben presentar. Por ello apuestan por lo que describen como "informes integrados" de menor extensión pero que puedan ser más valorativos para reflejar "cómo una organización demuestra su prudencia y cuidado en la gestión y cómo crea y mantiene valor", asegura su documento de consulta bajo el título "Towards Integrated Reporting".
Las reivindicaciones de las cuatro grandes llegan en un momento especialmente delicado porque las grandes auditoras serán las encargadas de presentar al Banco de España a la Comisión y al FMI su evaluación de la situación del sistema financiero español.
Las cuatro objeciones de las cuatro grandes
Los cuatro grandes cambios que la Comsión Europea prevé tienen cuatro grandes objeciones de las conocidas como "big four". El objetivo de la Comisión Europea es, según sus propios documentos, romper lo que considera un "oligopolio". KPMG, Deloitte, Ernst and Young y PricewaterhouseCoopers han respondido a la Comisión con las siguientes alegaciones.
Rotación obligaria de firmas auditoras: La Comisión Europea pretende fijar un límite a los contratos con las firmas de auditoría. Las empresas de interés público deberían contratar un mínimo de 2 años y un máximo de 6 al mismo auditor. Después sería obligatoria la rotación para que otra firma se encargara de revisar las cuentas. Objeciones: Las auditoras aseguran que eso incrementaría los costes de los bancos y las firmas que contratan los servicios de auditoría.
Prohibición de las limitaciones para elegir auditor: La Comisión Europea pretende prohbir las cláusulas que obligan a elegir un determinado auditor. Esas cláusulas son comunes en casos como los de los grandes créditos bancarios, en los que la banca impone el nombramiento de una determinada auditora. La C.E. pretende hacer ilegales esas cláusulas. Objeciones: Ninguna
Restricciones a los servicios de consultoría: La Comisión pretende limitar a las labores de inspección de cuentas a las firmas auditoras. Los ingresos máximos por otros conceptos no podrían superar el 10% del total. Objeciones: Las cuatro grandes auditoras consideran que ésa es una medida discriminatoria hecha a su medida. Sólo afectaría a las cuatro grandes que afirman que verían menguada la capacidad y experiencia que están en dispoción de aportar.
Entrada forzosa de pequeñas empresas: Las empresas que contraten con una de las grandes deberán después ser revisadas por una auditora pequeña. La Comisión fija que deberá ser un 15% menor por volumen de facturación. Objeciones: Las grandes auditoras consideran que la entrada de entidades menores significa aminorar también la calidad del trabajo que hacen y rechazan ese criterio.